AVANCEN AL FONDO

Esta frase, tantas veces escuchada en los buses, está tomando una actualidad cada vez mayor en diversos ámbitos. Pero en nuestro mundo artístico, ese “avancen al fondo” se ha convertido en la divisa de los productores locales, que con mayor frecuencia, están relegando a los actores profesionales de los papeles en la televisión y el cine.
Los argumentos son muchos y muy variados: “cartel a nivel internacional”, “mayor y mejor preparación”, “facilidad de vender la producción al extranjero” y en fin, que aquí no tenemos “rostros”, “talentos” o que las “figuras” ya están pasaditas de años.
Y siempre seguimos con lo mismo, ¡avancen al fondo!
Lo que no se menciona, es la segunda parte de la frasecita de marras “avancen al fondo… que al fondo hay sitio”.
Sin embargo, el sitio del fondo, está ocupado por una pléyade de “estrellas” nuevecitas, tan nuevecitas que ni siquiera su familia sabía que tenían talento actoral. Así, tenemos a unos directores de casting que a fuerza de no pasar los 25 años, no se les ocurre una idea más brillante que la de contratar a sus amigos de facultad, a los conocidos de la discoteca, o pararse en una avenida céntrica (generalmente Larco) y plantearle la pregunta a boca de jarro “¿te gustaría actuar en televisión?”
Y claro, el interrogado sopesa la oportunidad, evalúa la posibilidad de ganarse unos cuantos dolarcillos, de ser conocido fuera de su barrio, de levantarse algunos ejemplares del sexo opuesto y acepta.
El resultado: “nuevos valores de la televisión nacional” y de promocionarlos se encargan los periodiquitos de cincuenta céntimos.
Y los actores que de verdad lo son, los que han seguido sus buenos años de estudio y preparación en cualquiera de nuestras escuelas “siguen avanzando al fondo” y buscando el sitio que difícilmente encontrarán y se apretujan tratando de sobrevivir dictando clases, haciendo taxi o vendiendo cosméticos.
El panorama no es diferente a nivel de publicidad. Aquí ya no importa el talento, el nivel de preparación y presencia del candidato. Aquí se trata de bajar costos y pagar lo menos exigiendo lo más. ¡Ah! Y se paga a posteriori (más de seis meses, mejor).
Este es el reino de las amas de casa aburridas que quieren hacer publicidad para que las vean las vecinas del barrio, o del jubilado que ve incrementada su pensión en 20 0 30 dólares (una fortuna), o del mocoso con cara de pirañita que nos muestra su desdentada sonrisa publicitando una escalera en su cerro.
El que estudió, se rajó y la sudó, sigue “avanzando al fondo” porque quien lo empuja puede ser también un modelito extranjero que llegó cobró y se marchó lo mas campante.
Y a todo esto, digo yo: llegamos al fondo del micro ¿Y? ¿Nos seguimos apretujando contra la puerta de emergencia y la abrimos en un desesperado intento de sobrevivir y les dejamos el microbús a los intrusos y seguimos a pie por la senda del taxi, la venta de cosméticos y la docencia forzada? O hacemos fuerza hacia adelante y los bajamos haciendo valer nuestro derecho de profesionales.
A estas alturas del viaje, hay que decidirse ¡ya!

ARTISTAS, CALATISTAS Y OTRAS ISTAS

Una de las controversias actuales en el ámbito popular –aparte del tema político o electoral- está dada por la palabra “artista”. Controversia originada a raíz de sus escándalos sentimentales o de los apetitos políticos de muchos cantantes y bailarinas de cumbia.
Así, sin muchas vueltas, cada cual trata de adjudicarse el calificativo de “artista” sin serlo. Y vemos en los periódicos páginas de páginas sobre escándalos de “artistas”, polémicas entre “artistas”, “artistas” que quieren ser alcaldes o viceversa; alcaldes que se creen “artistas”; además de aquellas personas a quienes se les califica de artistas cuando en realidad son “calatistas”. Todo esto confunde y crea un mal ambiente a quienes sí somos verdaderos artistas.
Entremos en materia: ¿Qué entendemos por arte y por artista?


"Arte es una experiencia vital mediante la cual el hombre busca expresar su mundo interior e interpretar el exterior, legando a la humanidad el producto de esa expresión, el mismo que se encausa dentro de ciertos patrones estéticos dados por la sociedad a la que pertenece” 

Bajo este criterio, artista es la persona que produce una obra que cumple con los requisitos enumerados en la definición:
· Experiencia personal de expresión de emociones, sentimientos, etc.
· Influencia positiva en la sociedad.
· Contenidos estéticos acordes con los patrones morales y culturales.
Y nosotros, los actores, cantantes, danzarines, pintores, ¿seremos artistas?
SÍ, y con mayúscula. Nuestro trabajo es producto de una emoción, de un sentimiento; influenciamos positivamente en nuestro medio con la ejecución de nuestras habilidades, las mismas que son estéticamente válidas y esa influencia perdura en el tiempo. Para llegar a eso hay que prepararse, adquirir técnicas de perfeccionamiento de ciertas habilidades innatas (como el pintor o el escritor) enriquecer la cultura personal, en fin; ser mejores cada día.
¿Y las calatistas? NO, también con mayúsculas.
Que fulanita salga semidesnuda ¿se puede calificar de expresión de sentimientos o de emociones? A menos que sea simple exhibicionismo –y aquí hablaríamos de algo patológico- no. Lo que hace, ¿influye positivamente, deja huella, un mensaje acaso? Aparte del remezón hormonal, no. Y por ultimo, ¿su trabajo es estéticamente aceptable? Generalmente tampoco.
Entonces establezcamos límites: no cualquiera debe ser llamado artista, ya que no cualquiera hace o produce una obra de arte.
¿Y las llamadas “vedette”? Veamos nuestro diccionario:


VEDETTE: Artista famoso(a), estrella.

Tenemos así, que “vedette” es simplemente un gran artista o un artista famoso. No dice en ningún momento que sea alguien que baila (?) desnuda.
No confundamos, la habilidad que tienen algunas para exhibirse desnudas y de un par de movimientos pélvicos excitar la libido no tiene nada de artístico. Hagamos causa común la defensa de nuestro titulo de artista que nos lo hemos ganado a pulso, porque para ello tuvimos que estudiar en la escuela de arte dramático, o solfeo, o danza, o música, o los agotadores años en la escuela de Bellas Artes, y practicar, practicar y ser cada día mejor.
Todo para llegar a ser un ARTISTA.
¿Y para ser calatista? Bueno, ustedes ya saben que se necesita.