NUEVOS ROSTROS EN LA TELEVISION PERUANA

Acabo de ver en un canal de televisión (específicamente América Televisión de Lima, que tiene “cierta” relación con Televisa) un aviso donde citan a un casting para actores de entre 18 y 25 años de edad.
Evidentemente que si la cita es a las ocho de la mañana, van a haber jóvenes haciendo cola en la puerta del canal por lo menos desde las cinco y media o seis.
Y esto me lleva a recordar una entrada que publiqué a los inicios del blog respecto a los “nuevos valores” en la televisión. Y mencionaba como esos nuevos “actores” nos empujan al fondo para poder obtener un lugar.
Ahora, la pregunta es simple y directa: ¿Se puede ser un “actor” a los dieciocho años?
Tendría que haber empezado a estudiar a los trece (algo que en nuestro medio no se da, ya que se requiere haber terminado la secundaria) y aun así estaríamos hablando de un recién egresado sin ninguna experiencia previa.
Mucho se dice de que Brasil es una potencia en producción televisiva en América Latina, eso no se discute, pero hay que analizar como trabajan los brasileros sus producciones.
Ahí, un 40% son actores de muchísima experiencia que generalmente pasan los cincuenta años de edad, luego viene un 30% de actores con un mínimo de 15 años de experiencia y por último un 30% de actores con un promedio de 5 o 6 años de experiencia teatral. Así con todas sus letras: teatral.
Si no se cumple ese requisito, no se trabaja en televisión. Lo mismo sucede con los técnicos, éstos son formados en escuelas, no son meros “prácticos” (aquí en Lima, he sido “dirigido” en telenovelas por ex-camarógrafos) que entran al medio no se sabe por que puerta.
Claro, algunos dirán que han estado en “talleres de actuación” dictados por profesionales.
La pregunta es: ¿Con tres meses se está capacitado para hacer un personaje?
Muchas veces se ha discutido ese punto y siempre se llega a lo mismo.
Es la poca valoración que dan las empresas –y los empresarios- a la profesión de actor y se contrata a cualquiera con el consiguiente pobre resultado en la producción final.
Es tiempo ya de que las productoras sigan el ejemplo de Brasil en cuando a porcentajes de actores en sus obras y que todos, sin excepción, tengan experiencia teatral previa.
Sólo así mejoraremos la calidad, podremos obtener un buen mercado y la profesión de actor será valorada en su integridad.
¿Es mucho pedir?