Hace poco, una amiga colgó una foto de Edwin T. Booth, un actor estadounidense del siglo diecinueve, en la que aparecía representando a Hamlet.
Eso me trajo a la memoria la historia de esta familia de actores la cual es interesante por las contradicciones y problemas que tuvieron.
Junius Brutus Booth nacido en Inglaterra en 1796 era hijo de un abogado londinense, quien trató que su hijo Junius ejerciera el oficio -o profesión- que a él le parecía conveniente para el muchacho. Así, Junius fue aprendiz en una imprenta, arquitecto, escultor, marinero y abogado, actividades que ninguna de las cuales terminó.
A los diecisiete años, asistió a una representación teatral y eso marcó el inicio de lo que sería su vida futura.
Hacia 1814, su talento para la actuación le hace ganar fama en Inglaterra y realiza numerosas giras dentro y fuera del país. En 1821, Junius huye con su amante a los Estados Unidos abandonando a su esposa y a un hijo pequeño. En poco menos de dos años, la fama de Junius como actor dramático abarcaba casi todo el país y se le consideraba uno de los más grandes actores de su época. Hacia 1831 ya era el director del Teatro Adelphi de Baltimore. Pero su alcoholismo iba ganando terreno y haciendo que su fama se viera opacada por sus constantes borracheras e irresponsabilidades, al punto de tener que mantenerlo encerrado antes de las funciones.
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Junius Brutus Booth |
Booth tuvo diez hijos de la relación con Marie Ann Holmes de los cuales tres se dedicaron, como su padre, al teatro materia de este artículo.
Después de una vida de más de treinta años de éxitos y problemas por su adicción al alcohol, Junius Booth muere en 1852 a bordo de un barco que navegaba por río de Nueva Orleans a Cincinnati, probablemente por beber agua del mismo río, la cual estaría contaminada.
Pero la vida azarosa de Junius, también alcanzó a tres de sus diez hijos.
Comencemos por Junius Jr.
Junius Brutus Booth Jr. nace el 22 de diciembre de 1821 y sigue los pasos de su padre en lo que a actuación se refiere, sin embargo, la crítica no le es favorable calificando sus actuaciones como mediocres y ensalzando a su hermano Edwin –quien era la estrella de la compañía- por lo que se dedica a la administración del Teatro de Boston donde actuaban ambos, allí conoce a la actriz australiana Marion Agnes Land Rookes, con quien se casa en 1867. Pronto Agnes alcanza gran notoriedad y su trabajo es continuamente alabado y lo que debería ser orgullo para Junius, se convierte en frustración al sentirse siempre opacado por su esposa.
Al ocurrir el asesinato de Lincoln, Junius es apresado en Washington D.C. y aunque ese día él había estado actuando en Cincinnati, fue recluido brevemente en la prisión de Old Capitol.
Junius Jr., fallece en 1883.
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Junius Brutus Booth Jr. |
El segundo hijo famoso de la dinastía Booth es Edwin Thomas, quien nace el 13 de noviembre de 1833 en Maryland.
Edwin empieza su carrera con el papel de Tressel en Ricardo III actuando con su padre, dos años después lo reemplaza como Ricardo con bastante éxito.
Después de la muerte de su padre en 1852, Edwin inicia una gira internacional la cual lo lleva a países lejanos como Australia, y de 1863 a 1867 dirigió el Winter Garden Theatre de Nueva York, en el cual el repertorio era básicamente obras de Shakespeare. En 1865 adquiere el Teatro Walnut Street en Filadelfia, pero un año antes, Edwin actúa por única vez con sus hermanos en la obra Julio César, en la que él interpreta a Bruto, Junius a Casio y John a Marco Antonio, aunque la obra fue ovacionada, nunca más volvieron a juntarse.
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John, Edwin y Brutus Booth |
Al morir asesinado Lincoln en 1865, la carrera de Edwin comienza a decaer, motivada por la asociación que hace la gente del apellido Booth, éste, se aparta de las tablas por un tiempo y reaparece al año siguiente en el papel de Hamlet que lo haría famoso hasta el día de su muerte. En 1867 se incendia el teatro Winter Garden y en 1869 termina la construcción del Teatro Booth actuando con notable éxito hasta su muerte en 1893, aunque en 1891 se retira haciendo una vez más el papel de Hamlet.
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Edwin Booth. |
El tercero y quizá más trágicamente famoso de los hermanos Booth fue John Wilkes Booth, nacido el 10 de Mayo de 1838 en Maryland, siendo el penúltimo de los hijos de Junius.
A los 16 años, John empieza a ver en el teatro una opción de vida, luego de dejar la escuela por falta de interés en los estudios regulares. Debuta a los 17 en el papel del Conde de Richmond en Ricardo III con tan mala fortuna que termina siendo pifiado por su deficiente actuación.
Este percance lo obliga a incorporarse a la Arch Street de Philadelphia donde figura como “J.B. Wilkes” a fin de evitar las comparaciones con sus hermanos y su padre, pero no mejora mucho y en una actuación en la obra Lucrecia Borgia, en lugar de presentarse a sí mismo diciendo: "Madame, soy Petruchio Pandolfo", balbuceó: "Madame, soy Pondolfio, Pet-Pedolfio Pat-Pantuchio, Ped…maldita sea, ¿quién soy yo?", haciendo que la audiencia riera a carcajadas.
Sin embargo no se amilanó y poco a poco fue mejorando, a tal punto que algunos críticos llaman a John Wilkes Booth "el hombre más guapo de América" y un "genio natural" señalando que él tuviera una "asombrosa memoria". A partir de 1860 inicia una gira por todo el país con notable éxito, sobre todo en obras románticas donde cautivaba a las espectadoras con su porte atlético y su voz suave y modulada.
Al estallar la guerra civil, John se suma a la causa del sur lo que ocasiona que los empresarios reaccionen contra él por traidor, repercutiendo eso en su carrera.
Sin embargo, no sólo la simpatía por la causa sureña le ocasionará conflictos, sino su abierta conspiración que termina cuando asesina al presidente Lincoln en plena función teatral el 14 de Abril de 1865.
El hombre que había superado su mediocridad inicial como actor, que había formado empresas de bienes raíces y de explotación petrolera con el dinero que ganó en el teatro, alcanza la fama como autor de un magnicidio.
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John Wilkes Booth |
Como vemos, la historia de la familia Booth estuvo siempre en manos de los vaivenes del destino, ya sea para bien –como en el caso de Edwin- o para mal como en el caso de John.
Y aquí cabe una anécdota final, cierto día Edwin Booth se encontraba en la estación de Jersey City esperando la salida del tren para Washington D.C. en medio de una aglomeración de pasajeros ansiosos por conseguir billete. Y he aquí que en medio de los empujones y gritos de la gente, uno de los presentes –producto del tumulto- pierde el equilibrio y cae entre el andén y el tren que en ese momento empezaba a avanzar unos metros adelante.
Pero no llegó a caer del todo, una mano lo coge del cuello del abrigo y lo jala hacia arriba evitándole una muerte segura en medio de las pesadas ruedas.
El hombre a punto de caer era el hijo del presidente de la república, el joven Robert Todd Lincoln, quien al sentirse salvado voltea para ver quien había sido el buen samaritano que evitó la tragedia.
El rostro de su salvador le era conocido: Edwin Booth, famoso actor en ese momento. Un abrazo selló el agradecimiento y ambos se retiraron por caminos diferentes.
Meses después el hermano del salvador del hijo de Lincoln –John Booth- asesinaría a su padre, el presidente.
Uno de los hermanos Booth salvó la vida del hijo de Lincoln y el otro lo asesinó.
A veces el destino actúa de forma inexplicable.