Conversabamos acerca de los programas cómicos en la televisión nacional y de los libretos tan carentes de originalidad motivados por la falta de buenos escritores o por la flojera de exprimirse el cerebro creando nuevos textos.
Y salió a colación uno que justamente esta semana en el programa “El especial del humor” han vuelto a usar nuestros “brillantes libretistas”, y me refiero al tan conocido recurso de la afirmación capciosa ¡Lo sé todo!
Se presenta una situación entre dos personas y una le dice a la otra ¡Lo sé todo! Y el interlocutor termina confesando lo que –en principio- no quería. Este recurso, modificado, se ha utilizado miles de veces en nuestro país, especialmente en la televisión en programas como El tornillo, Risas y Salsa, Risas de América, etc.
Pero, ¿Quién es el autor de tan exitoso texto?
Varios libretistas –de cuyos nombres no quiero acordarme- se han atribuido la paternidad de “Lo sé todo”.
Sin embargo, quien lo escribió fue mi padrino de bautizo, el actor y autor peruano Alfredo Bao Curty entre los años 40 y 50 del siglo pasado -época de oro del teatro de revistas en Lima (ver el artículo Bim Bam Bum y Cha cha cha en este blog)- encargándose así mismo, con Alex Valle, de la selección, escritura o adaptación de textos teatrales, generalmente petit-comedias, de autores argentinos como Octavio Sargenti y los hermanos Laguardia, o los chilenos Pepe Rojas y Pepe Fernández, que se presentaban dentro del programa.
Así, Alfredo Bao escribió innumerables libretos a cada cual mas hilarante en los que las situaciones y enredos arrancaban carcajadas interminables al público asistente; y uno que ha perdurado en la escena peruana por mas de sesenta años es justamente éste, otros se perdieron después de su muerte en 1955, aunque en mi poder obran algunos, y entre ellos el que motiva éste artículo.
Como un documento interesante, incluyo la primera página original de “Lo sé todo” escrita por Alfredo Bao en unas simples hojas de cuaderno, así como la trascripción de dicho texto a fin de archivarse en la memoria teatral peruana.
LO SE TODO
MIGUEL.- (SOLO) ¡Pero que desgracia la mía! Acabo de ser victima de un robo y esta vez sí que no perdono a nadie, tendré que acudir a la policía inmediatamente para que investiguen este escandaloso robo.
SARA.- (ENTRANDO) ¿Pero qué le pasa amigo Miguel que lo encuentro tan preocupado?
MIGUEL.- Sarita, amiga mía, acabo de ser víctima de un robo… me han robado de mi escritorio dos mil soles y francamente no sé quién pueda ser…
SARA.- Pero dos mil soles para usted es una bicoca…
MIGUEL.- Si, dos mil soles ahora, la semana pasada el reloj y la pulsera de mi señora. Ya no se puede aguantar, de repente me roban a mí y ¿a quien me quejo?
SARA.- Mire Miguel, yo en cuestión de robos soy una detective asombrosa, puesto que me paso leyendo cuanta novelita policial me encuentro.
MIGUEL.- ¿Y qué me cuenta usted con eso?
SARA.- Que le puedo dar muchos consejos para descubrir robos, engaños y esas cosas que le pueden pasar a uno.
MIGUEL.- A ver, espero de usted un consejo… ¿qué haría en este caso?
SARA.- Mire usted, principie por llamar a la servidumbre y a uno por uno hacerle una escena misteriosa, y mirándolo fijamente a los ojos decirle: ¡Lo sé todo!, ¡Yo lo sé todo! Y verá usted que si es culpable en algo, termina confesándolo.
MIGUEL.- ¿Pero usted cree que eso dará resultado?
SARA.- Pruébelo y ya verá que mi consejo no falla. Y ahora para que usted investigue tranquilo me despido y muchos saludos a su familia de mi parte. (MEDIO MUTIS) ya lo sabe: ¡Misterio y Lo sé todo! (SALE)
MIGUEL.- Claro que el consejo es ingenuo, pero puede dar resultado, probemos con el chofer que ahí viene.
CHOFER.- Señor Miguel, buenas tardes. Vengo a decirle que la gasolina y el aceite se han terminado y necesito dinero para volver a comprar.
MIGUEL.- Mire Martín, ayer le di para comprar gasolina y aceite y francamente me parece que muy pronto se ha gastado.
CHOFER.- Claro señor, la vida está imposible, todo sube, todo se gasta, por más que uno quiere ahorrar…
MIGUEL.- (APARTE) Yo pruebo con este… (AL CHOFER, MISTERIOSO) Martín, ven, mírame bien a los ojos… así… ¡Yo lo sé todo!
CHOFER.- Señor, yo… mire usted… ¿Usted lo sabe todo?
MIGUEL.- ¡Si, lo sé todo!
CHOFER.- (VENCIDO) Perdóneme el señor, mi sueldo es poco y…claro… uno ve… y sin querer… pues, agarra lo que no es suyo… pero a usted eso le pasa por confiado.
MIGUEL.- ¡Canalla! Yo que tenía confianza en ti y te aprovechas para llevarte la gasolina y quién sabe qué cosas más…
CHOFER.- Perdóneme el señor, ya repararé mi falta…
MIGUEL.- ¡Fuera canalla! (SALE EL CHOFER) Ya descubrí quién me robaba… buen resultado me ha dado el “lo sé todo”.
CHELA.- (ENTRANDO AGITADA) ¡Miguel, acabo de ser víctima de un robo! Me han robado de mi mesa de noche mi collar, el prendedor de oro y brillantes y mi cartera con no sé cuanto dinero. ¡Que desgracia la mía!
MIGUEL.- Mi querida Chela, acabo de saber quién es el que se robaba las cosas, era el chofer, pero como no quiero escándalos lo he echado de la casa… (APARTE) ¡Yo le descubro algo a mi mujer! (ALTO) Chela, ven… mírame a los ojos… ¡Lo sé todo!
CHELA.- Pero Miguelito, ¿qué es lo que sabes?
MIGUEL.- ¡Yo lo sé todo, todo!
CHELA.- ¿Todo, todo?
MIGUEL.- ¡Todo!
CHELA.- Pero el único que tiene la culpa eres tú.
MIGUEL.- Yo, ¿por qué?
CHELA.- Por que tú siempre me dejas ir sola con el chofer… y claro, una es débil, viene el diablo y sopla.
MIGUEL.- ¡Aquí el que sopla es el chofer! ¡Adultera, fuera! (SALE CHELA LLORANDO) Era lo último que me faltaba, que mi mujer me engañara con el chofer, ¡si es para pegarse un tiro!
MAMA.- (ENTRANDO) ¡Pero que te pasa hijo de mi alma, te encuentro desesperado!
MIGUEL.- Madre mía, soy el hombre mas desgraciado del mundo y no te lo puedo decir para no darte un disgusto tan grande.
MADRE.- ¡Pero que es, dilo!
MIGUEL.- (APARTE) Yo le saco algún secreto a mi vieja… (ALTO) ¡Madre mía, ven, mírame a los ojos… lo sé todo! ¡Todo!
MADRE.- ¿Pero qué es lo que sabes?
MIGUEL.- Yo lo sé, todo, todo.
MADRE.- Hijo mío, si lo sabes todo, te lo contaré, pero perdóname… ¡Tu padre no es tu padre, es otro! (SALE RÁPIDAMENTE LLORANDO)
MIGUEL.- ¡Ahora resulta que hasta soy huérfano! El hijo sin padre conocido… nada, yo me mato… ¡si es para volverse loco!
AGAPITO.- (ENTRANDO, ES UN VIEJITO) ¡Señor Miguel! Vengo a comunicarle como portero que soy de la puerta del portón del portal de la portería de esta casa, que la susodicha chapa del portón del portal, no obedece la vuelta hacia la izquierda de la llave, esperando de su benevolencia y óbolo para acudir a un cerrajero.
MIGUEL.- ¿Con que la chapa está mal? Ayer fue la chapa del garaje y ahora…
AGAPITO.- ¡La chapa usted todo y claro!, su mentalidad…
MIGUEL.- (APARTE) Este viejo tiene cara de sospechoso, yo descubro algo… (ALTO) Don Aga…
AGAPITO.- ¡Pito, Agapito! ¡No me quite el pito!
MIGUEL.- Bien, Don Agapito… míreme a los ojos, ¡yo lo sé todo! ¡Todo!
AGAPITO.- ¡Dios mío! ¿Qué dice usted?
MIGUEL.- ¡Yo lo sé todo, yo lo sé todo!
AGAPITO.- Con que lo sabe usted todo… ¿todo?
MIGUEL.- Si, ¡yo lo sé todo!
AGAPITO.- ¿Con que lo sabes todo? ¡Hijo mío, después de tantos años!
MIGUEL SE DESMAYA Y SE CIERRA EL
TELON