El teatro es una buena manera de
entretenerse, un plan perfecto para una primera cita, nos sirve para defender o
criticar aquello que pasa en la sociedad, y lo utilizamos como vía de escape
frente a los agobios diarios.
¿Pero sabían que se ha demostrado
científicamente que el teatro tiene efectos beneficiosos para la salud?
1. La risa es un buen ejercicio y reduce el
dolor
Es bien sabido que utilizamos más
de 400 músculos cuando nos reímos, abdominales incluidos. Según algunos
estudios, reírse durante 20 segundos tiene el mismo efecto sobre la salud que
hacer tres minutos seguidos de un ejercicio aeróbico (como correr o montar en
bicicleta). Así que que asistir a una
obra de teatro cómica nos puede ahorrar horas en el gimnasio y también en la
consulta del médico.
Al reír, el cuerpo libera
endorfinas y serotonina, sustancias producidas por las células del sistema
nervioso central, que ayudan a reducir el dolor, de hecho, las endorfinas
reciben el nombre de “péptido opioide” porque ¡tienen el mismo poder analgésico
que los derivados del opio!.
Asimismo, Robert McGrath,
psicólogo clínico en la
Universidad de Wisconsin-Madison, asegura que la risa y el
humor reducen los niveles de estrés: reírnos implica la acción de la adrenalina
y también de la dopamina, una sustancia asociada con el sistema de placer del
cerebro, y que también está presente en otras actividades agradables como la
alimentación o el sexo.
2. El desahogo de llorar vale más que la
angustia que lo provoca
Solemos asociar el llanto a
sensaciones negativas, y con razón: normalmente son las malas noticias las que
nos hacen llorar y esto hace que aumente el ritmo cardíaco, que sudemos y que
tengamos sensación de ahogo.
Sin embargo, los estudios de
laboratorio realizados para el ensayo Cry Me A River: The Psychology Of Crying,
publicado en Science Daily, demostraron que los efectos calmantes del llanto
(los que experimentamos cuando ya ha pasado la angustia inicial) duran más a
nivel corporal que los focos de estrés.
Así pues, aunque un personaje nos
tenga en vilo, merece la pena acompañarle en su sufrimiento. El llanto libera
adrenalina y noradrenalina y tras la función nos quedará una agradable
sensación de desahogo.
3. El teatro es más efectivo para
mejorar la memoria que el pescado y las pasas
¿A menudo se les olvida dónde han
puesto las llaves? ¿O el nombre de alguien que les presentaron hace poco? ¿No son capaces de
recordar el título de la última película que vieron? El teatro puede mejorar la
memoria de una manera más efectiva que otras técnicas, vitaminas incluidas.
Así lo demostraron Helga y Tony
Noice, del Elmhurst College.
En 2009 realizaron un estudio
donde 122 personas de edad avanzada tuvieron un primer contacto con el teatro
durante ocho sesiones, que se desarrollaron a lo largo de cuatro semanas.
Aprovecharon además el estudio para comparar el teatro con diferentes prácticas
mnemotécnicas.
En tan poco tiempo, los
investigadores pudieron comprobar una mejoría en todas las habilidades
cognitivo-afectivas de los participantes: había mejorado su actitud al hablar,
eran capaces de encontrar las palabras para expresar sus sentimientos con mayor
facilidad, y su memoria había mejorado de forma evidente, y con mayor
efectividad que otras técnicas comunes, como los regímenes vitamínicos.
4. Te ayuda con las matemáticas
El teatro juega con la
imaginación del espectador y con lo que podemos intuir pero no ver, lo que
incrementa su sensibilidad hacia lo conceptual. Esto predispone al cerebro a la
hora de comprender los razonamientos abstractos que se emplean en el
aprendizaje de las ciencias formales, es decir, aquellas que trabajan con
objetos creados por el hombre, y que existen solo en su mente (como por
ejemplo, los números).
5. Frena el envejecimiento
patológico
Hablamos de envejecimiento
patológico para referirnos a los cambios que se producen en una persona no solo
por el simple hecho de hacerse mayor, sino como consecuencia de enfermedades,
malos hábitos, etc., (por ejemplo las cataratas, el Alzheimer…).
Este “envejecimiento acelerado”
puede a veces prevenirse e incluso ser reversible, y uno de los tratamientos
para ello es la terapia teatral. Está demostrado que las actividades
artísticas, especialmente aquellas que se hacen en grupo, frenan el
envejecimiento patológico.
6. Favorece la empatía
La palabra “empatía” viene del
griego “empatheia”, que significa “sentir dentro”, y hace referencia a la
capacidad que tenemos de entender las emociones de otra persona. En esto tiene
mucho que ver el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, quien en la
década de los ’90, descubrió la existencia en el cerebro de las “neuronas espejo”,
que son las responsables de la comprensión de los estados emocionales ajenos.
Consisten en sistemas de neuronas
que se activan cuando se ejecuta una acción, pero también cuando observamos a
otro individuo llevar esa misma acción a cabo. Es decir, cuando vemos que
alguien está triste, las neuronas espejo activan en nuestro cerebro un estado
emocional parecido al que experimentamos cuando nosotros mismos estamos
tristes. Así podemos ponernos en el lugar de la otra persona y comprender cómo
se siente.
De la misma forma, y aunque la
historia de una obra de teatro forme parte de la ficción, nos alegramos cuando
un personaje consigue sus objetivos, y nos entristecemos cuando fracasa. En
esto consiste la empatía, clave de la inteligencia emocional.
7. Las actividades artísticas
previenen los resfriados
Llega el invierno y nos ponemos a
beber zumo de limon como locos. Pero más allá de la vitamina C, podemos
prevenir los resfriados yendo al teatro.
Un estudio británico evidenció en
2003 que participar en actividades artísticas (ya sea como espectador o como
creador) mejoraba el ánimo y tenía sorprendentes impactos positivos en diversos
parámetros psicológicos.
Sus conclusiones sirvieron de
base a los autores de un ensayo publicado en la revista Psychological Science,
quienes estudiaron la relación entre las emociones positivas y el tono vagal
(un índice que mide la actividad del nervio vago, y que está relacionado con la
frecuencia cardíaca y la energía que tenemos en cada momento). Este estudio
sugiere que las emociones positivas y la salud puramente física se influyen
mutuamente, creando una espiral creciente de optimismo y bienestar físico.
Más aún, existen estudios que
señalan una relación directa entre el arte (como medio para experimentar
emociones positivas) y sus beneficios a largo plazo: previene los resfriados
(según un estudio del Dr. Cohen y su equipo, en 2006), reduce la inflamación
(según Steptoe, O’Donnell, Badrick, Kumari & Marmot, 2007) y protege contra
las enfermedades cardiovasculares (Boehm & Kubzansky, 2012).
8. Ir al teatro en grupo alarga
la vida como puede hacerlo el dejar de fumar
Hay mucha bibliografía que
muestra que tener relaciones sólidas augura una vida más longeva.
Recientemente, se ha llevado a cabo un análisis de más de 148 estudios
(practicados en más de 300.000 personas en total), que concluyó que la
integración social era un factor tan importante a la hora de evaluar la
esperanza de vida de una persona, como el tabaco, la obesidad, el consumo
excesivo de alcohol o el ejercicio físico realizado.
Más aún, hay experimentos que
muestran que cuando estamos en un grupo con el que compartimos intereses (ya
sean el teatro u otros), se activa el tono vagal por medio de la oxitocina, una
hormona que también actúa como neurotransmisora en el cerebro, y a la que
comúnmente se llama “la molécula del amor”, ya que liberamos esta hormona,
entre otros casos, cuando tenemos relaciones sexuales.
9. Hacer teatro te ayuda a
solucionar problemas
La revista Journal of Aging and
Health publicó en 2004 un estudio en el que se comparaban varios grupos de
personas que habían comenzado a tomar clases: uno de teatro, uno de pintura y
un grupo que no hacía ninguna actividad artística.
Los participantes en el estudio
se sometieron a pruebas de concentración, solución de problemas, etc., tanto
antes como después de las clases, obteniendo una mejoría en la evaluación de su
bienestar personal y en los tests de memoria. Lo más significativo fue, sin
embargo, su evolución en el examen de “solución de problemas”.
El equipo investigador sostiene,
a la vista de los resultados, que el teatro puede ser un buen entrenamiento
cerebral que ayude a prevenir la pérdida de la agilidad mental que ocurre con
la edad. Argumentan que esto es debido a que el teatro requiere atención
continuada en la actividad que se está realizando, lo que a la larga nos hace
estar mucho más presentes en el “aquí y ahora”.
10. La cultura puede ser la clave
de la felicidad
La felicidad puede resultar
difícil de encontrar, pero los psicólogos de la Norwegian University
of Science and Technology (NTNU) nos dieron en 2011 una de sus claves. En su
estudio, publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health,
demostraron que asistir a espectáculos teatrales o galerías de arte tiene
efectos no solo sobre la buena salud, sino que afecta también a lo felices que
nos sentimos. Los investigadores descubrieron que aquellos que participaban con
mayor frecuencia en actividades culturales, tenían una mayor felicidad y mejor
calidad de vida.
Por si fuera poco, los efectos
parecen ser directamente proporcionales a la cantidad de veces que podamos
asistir a un evento cultural. Según la
NTNU , el 91% de aquellos que habían participado en cinco o
más actividades culturales a lo largo de los seis meses que duró su estudio,
dijo sentirse muy satisfecho con su vida.
Entre aquellos que habían
asistido a tan solo una cita cultural, el porcentaje se reducía a un 84%.
Tomado del Blog: No me montes una
escena.