ENRIQUE RÁEZ, EL ARTISTA IGNORADO

Nueve de la noche de un viernes cualquiera, de un mes cualquiera del año 1972, (pienso que eso no tiene mucha importancia) salíamos de un ensayo y estábamos con pocas ganas de ir a casa.
Nos quedamos en la esquina del salón de ensayos conversando un poco, uno de nosotros tenía una guitarra y otro una mandolina donde a fuerza de pellizcones trataba de arrancarle algunas melodías al desvencijado instrumento.
Directo hacia nosotros, enfundado en un saco gris, se acercó un joven. Pero su intención no era entablar un diálogo con nosotros, fue directo hacia el instrumento y se lo pidió prestado a su asombrado dueño.
Lo que siguió aun lo recuerdo después de casi cuarenta años: las notas del Tico Tico no fubá, aquella melodía brasilera de Zequinha de Abreu, que siguen resonando en mis oídos.
Luego vendría El pájaro campana de Ampelio Villalba (aunque muchos creen que es de autor anónimo) y en una vorágine musical, valses, boleros y tantas canciones más.
Total, casi las doce y media de la noche y nadie tenía la menos intención de retirarse.
Pero, ¿Quién era ese joven de frescos 25 años que tan prodigiosamente sabía tocar la mandolina y la guitarra?

Enrique Ernesto Ráez Mendiola, amigo entrañable quien hoy, 12 de octubre, cumple cinco años de su partida de entre nosotros a deleitar con su música en otras dimensiones, más elevadas que la nuestra, mortal y miserable


Enrique, Quique como lo llamábamos nosotros, era un artista casi total: compositor, interprete, actor, músico, poeta, dramaturgo, era uno de esos trovadores a quienes los peruanos nos empeñamos por ignorar tan sólo porque les interesa solo el arte y no el marqueteo sumiso a los medios y vendido a los escándalos que dan rating.

Hay mucho que decir de Quique, pero pocas palabras para decirlo, es que su talento era tan grande y tan fino, que es de los que dejan una huella muy profunda en quienes lo conocen.


¿Sabes a que me refiero verdad Quique?

Estoy hablando de ti, y siento que te estás incomodando, porque tú eras auténticamente modesto, quizá por eso no se te reconoció como debía.
¿Te acuerdas de los ensayos en mi casa para montar Ensayo General o El Comprometido, obra para la cual compusiste el tema principal que era una feroz crítica a los políticos vendidos (o tránsfugas) como se les llama ahora, casi cuatro décadas después?
¿Te acuerdas de ese esfuerzo por difundir muestra música llamado Runa Simi en el cual tú tocabas la mandolina y el charango y yo te acompañaba con la percusión, junto a Manuel en la quena y Omar en la guitarra?


Y ¿te acuerdas de esas largas noches haciendo música hasta la madrugada enfundados tú en tu eterno saco gris y yo en mi poncho tratando de mitigar el húmedo frío invernal de Lima?
Sé que te acuerdas de todo eso, yo no lo voy a olvidar nunca.
Como olvidar tu compromiso político que te hacía sostener largas discusiones con el líder sindical del Sutep, Horacio Zevallos, tu amigo del alma (¡Si hasta le pusiste Horacio a tu hijo!) y tus presentaciones gratuitas en las fábricas y locales sindicales para elevarles el nivel cultural a costa de tu esfuerzo y con la mirada torcida de los empleadores que veían en ti a un agitador.
No Quique, no puedo olvidar la dulzura de “Juana”, la historia de aquella jovencita que llegó a Lima ilusionada y se estrelló de cara con nuestra agresiva realidad.
Aun hoy cuando la canto, se me parte el alma como la primera vez que la oí en mi casa, en un estreno exclusivo para mí.
Quique, el actor, que frecuentaba Histrión y se conformaba con papeles sin mucha notoriedad, porque decía que no hay papel pequeño.
(Yo también así lo creo, lo que hay son actores pequeños).
Quique, el dramaturgo que escribía acidas piezas donde retrataba a nuestra gente tal como es, sin estereotipos ni falsedades.
Quique, el trovador que le cantaba a la vida, a la amistad, a la solidaridad, al amor.
Quique, el amigo juguetón y bromista, el eternamente enamorado de la vida.
Debes estar echando chispas por todo este panegírico, pero ¡que caray! Te lo mereces y punto.
Sin embargo, es una lástima que por esa modestia tan propia en ti, pocos te conozcan, pocos sepan lo gran compositor que fuiste, buen actor, excelente músico, pero por sobre todas esas cualidades; una magnífica persona y un verdadero amigo.

12 de Junio de 1947 - 12 de Octubre de 2005










4 comentarios:

  1. Me siento profundamente emocionado por la descripción precisa y sincera; para quien fué y es, Enrique Ráez. Se que él lleno con su música el corazón y el alma de un pueblo que sabia (a su modo) amarlo y al cual el se entregó por entero ...
    Dejo aqui,en Brasil, frutos riquisimos de esa linda historia ...
    Enrique Ernesto Ráez Martinez (hijo)

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  2. Y hoy 12 de junio del 2012 , es su cumpleaños... y aunque todos crean que se ha ido, mi padre sigue vivo, vive en cada alma , en cada corazón que lo recuerda y lo admira y sigue fiel a su ejemplo, firme en sus principios e ideología. Te amo padre, te amo , gracias, siempre gracias!!!

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  3. Y hoy 12 de junio del 2012, te digo FELIZ CUMPLEAÑOS PADRE, te amo!!! Tú nunca te fuiste, vives en cada alma, en cada espíritu, en cada corazón que te recuerda y que por haberte conocido se quedó con un poquito de tu alegría, tu sabiduría y tu creatividad, TE AMO PADRE ...

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  4. filiberto rivera raez14 de mayo de 2013, 19:09

    leo con emocion las palabras de roberto quien lo conoci haciendo el comprometido, yo era un chiquillo , estamos en lince, el teatro que conoci con el tio quique, hay muchas cosas que recuerdo de el y estuve con el, hasta una noche que lso dos me atrevi a hacer decimas , rimas con el, fue algo emocionante, fue en monterrico, era un loco amoroso, comprometido con el, co lo que queria para el mundo, las injusticias que viva, incomprendido a veces,pero era el kike raez, amoroso de su familia, se fue decir me voy y se fue sind ecir me fui, hay tantas cosas que escribir de el, porque tuve la dicha de compartir con el muchas cosas, tio mio amigo mio. tu sobrino filiberto rivera raez

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