EL MANEJO DEL ESPACIO:
La habilidad de un director, se
juzga por el uso que haga del espacio. El espacio que rodea a un personaje le
da importancia dramática. Muchos actores en escena pueden tener un significado
en su conjunto en tanto sean eso: un grupo. Pero si esa muchedumbre está
disgregada por el escenario, pierde fuerza y ocasiona una imagen caótica y
desordenada.
Sin embargo en las partes más
críticas de una obra, cuando el conflicto es mas intenso, la separación de los
actores es imprescindible.
Cuanto mayor es el espacio que
separa a los personajes, mayor parecerá el desacuerdo.
Pocos directores (y los
aficionados no lo hacen en absoluto), utilizan el espacio como es debido,
tienden a amontonar a sus actores y no ponen espacio entre las figuras
importantes, cayendo en el error de no usar efectivamente todo el decorado.
Una buena norma es la de
utilizar todas las partes del escenario por lo menos una vez antes de que
termine la escena.
LAS ESCENAS DE MULTITUD:
Si a un director se le
presentan problemas para componer escenas con algunos pocos actores, estos se
acentúan cuando de masas se trata.
Aquí el docente-director debe
tener muy clara la idea de lo que quiere lograr. Una multitud suele ser muy
difícil de manejar en razón del espacio que ocupa en el escenario,
entorpeciendo a los actores que, ya sea en función al texto, o a sus acciones,
deben destacar del grupo.
La preparación de una escena de
grupo debe comenzar con una planificación cuidadosa, una multitud mal
presentada y manejada puede arruinar toda la escena y predisponer negativamente
al espectador para la siguiente. De otro lado, una escena de multitud manejada
hábilmente puede reflejar el apoyo u oposición de la misma hacia el personaje
principal en dicha escena o en el resto de la obra.
Para comenzar, el director debe
decidir cuál es la fuerza simbólica de dicha masa y cuál es su carácter.
Determinar a qué se opone o a quién apoya.
Con estas bases el director
notará que la masa es en si un organismo único y que como tal puede aplicarle
las pautas mencionadas para grupos de dos o tres actores en cuanto a
equilibrio, unidad, gradación, etc., aunque las actitudes y gestos de la masa
deberán ser mas simples.
Hemos mencionado que la
composición plástica que hace el director en escena, es casi la misma que
realiza un pintor en el lienzo, en este caso, el director pinta con actores, y
si bien la composición es considerada como pintura, el manejo de masas debe
considerarse como coreografía, ya que los movimientos de multitudes, sean de
diez o de cincuenta actores, son esencialmente una danza.
Tenemos ya dadas las pautas
básicas para empezar un montaje, solo nos queda emprender el trabajo con
dedicación y esmero para vernos recompensados con el aplauso del público.
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