DERROTERO PARA UNA HISTORIA DEL TEATRO EN EL PERÚ 11

INSTITUCIONES TEATRALES LIMEÑAS (1938-2008)

Ernesto Ráez Mendiola

En el proceso histórico del teatro en el Perú destacan los esfuerzos colectivos que han hecho posible la continuidad del quehacer teatral. Culminado, a comienzos de los cuarenta, el periodo de las compañías de divos, se inicia el movimiento de teatro independiente que, en su primera parte, hasta fines de los sesenta, es animado por agrupaciones de teatro de arte, cuya finalidad es la de abrir el teatro peruano a autores de otros países y no sólo de España, incentivar la creación dramática nacional y proyectar esta actividad a un nuevo público. En su segundo momento los colectivos siguen la línea llamada de teatro de grupo, asumen lineamientos claramente políticos y se proyectan hacia las poblaciones marginales, con obras de creación colectiva. En una breve reseña como la presente es difícil referirse al universo de instituciones que inauguraron rutas, las fortalecieron e inspiraron en las nuevas generaciones una conducta seria y responsable ante el hecho teatral, tanto en Lima como en provincias. Por consiguiente, debe entenderse este artículo como la introducción a un estudio más profundo de estas instituciones teatrales. Trataremos someramente de algunas agrupaciones limeñas, dejando las de provincias para otra oportunidad. La fecunda labor de Marina Díaz, en Iquitos; del Grupo Teatral Tacna; de la ANEA, de Arequipa; de Barricada, de Huancayo; de la AAA y Algovipasar, de Cajamarca o de la Escuela de Arte Dramático, de Trujillo, merece mayor espacio que una simple mención.

La Asociación de Artistas Aficionados (AAA) fundada en 1934 a iniciativa de jóvenes intelectuales como Elvira y Alejandro Miro Quesada, Rosa Graña, la inolvidable Mocha, Corina Garland inicia en Junio de 1938 su participación activa en la vida cultural del país. La AAA, bajo la dirección de Ricardo Roca Rey lleva a escena espectáculos en los atrios de la Catedral y de San Francisco, y en las ruinas de Puruchuco. En su local del Jirón Ica renueva la cartelera teatral limeña y estrena obras de los más importantes dramaturgos contemporáneos como Pirandello, Arthur Miller. No podemos dejar de mencionar el ciclo de teatro griego y su preocupación por llevar a escena dramaturgos peruanos. Precisamente con “Collacocha”, de Enrique Solari Swayne, protagonizada por Luis Álvarez, realizó una gira que comprendió Chile, Uruguay y México. Pero, sin lugar a dudas lo más significativo de su labor se da en el conjunto de actores y actrices a quienes ha entregado la posta de un teatro serio y de calidad. Se continúa esta tradición a través de la labor en los sesenta de Ricardo Blume en el Teatro de la Universidad Católica (TUC), que se proyecta hasta nuestros días, y en grupos como Telba, de los setenta, Ensayo y Alondra, de los ochenta.

El Sindicato de Actores del Perú, fundado por el actor Carlos Revolledo el 13 de Octubre de 1945. es nuestra más importante agrupación gremial. Actualmente se denomina Sindicato de Artistas Intérpretes del Perú (SAIP) y su Secretario General es el dramaturgo Juan Rivera Saavedra. En la dos últimas décadas del siglo pasado se forja la Asociación Nacional de Intérpretes y Ejecutantes (ANAIE), institución encargada de cautelar los derechos de autor de los artistas intérpretes y ejecutantes, que actualmente dirige Enrique Victoria.

Por Decreto Supremo del 25 de Enero de 1946, es creada por iniciativa del Ministro de Educación, Jorge Basadre, la Escuela Nacional de Arte Escénico (ENAE). Comienza a funcionar bajo la dirección de Edmundo Barbero hasta Julio de 1949. Continúa la gestión Guillermo Ugarte Chamorro que abre el teatro peruano a la corriente del teatro latinoamericano que impulsara el chileno Pedro de la Barra y recibimos la visita del Teatro de la Universidad de Chile y del Teatro de la Universidad Católica. Durante la visita del TUC de Chile Fernando Colina difunde las técnicas del mimo en nuestro medio, labor que continuará Juan y Carmen Piqueras, Jorge Acuña, Juan Romero Sovero y Juan Arcos, entre otros.

Por iniciativa del doctor Manuel Beltroy, el Teatro Universitario de San Marcos (TUSM) inició sus actividades el 5 de Julio de 1941, en el Teatro Segura, con el estreno de El Emperador Jones, de Eugenio O´Neill, dirigido y protagonizado por Hugo D´Avieri. En 1958, el doctor Guillermo Ugarte Chamorro, considerado uno de los más destacados historiadores del teatro peruano y latinoamericano, es encargado de su conducción. El TUSM anima la vida teatral no sólo con espectáculos de difusión a colegios e instituciones y montajes de clásicos como Calderón De la Barca, también sostiene Talleres de Formación de Actores y publicaciones regulares de Estudios sobre el teatro peruano y universal.

Llegados a Lima como una delegación de intercambio con la ENAE, un grupo de jóvenes argentinos entre los que destaca Reynaldo Damore va a fundar el Club de Teatro de Lima, en 1953. acompañado de distinguidos intelectuales peruanos como Sebastián Salazar Bondy. En su local del sótano del cine Le Paris en La Colmena, de Lima, y actualmente en 28 de Julio en Miraflores realiza espectáculos experimentales importantes como los de teatro circular, con el estreno de “Llegada de Noche”, de Hans Roth, dirigida por David Stivel, proyecta acciones de promoción teatral como el Plan de los Teatros Piloto, escenifica obras que causan escándalo en la Lima pacata como “Eva no estuvo aún en el Paraíso”, de Estela Luna. De sus talleres de formación han egresado destacados actores y actrices de nuestra escena.

Homero, teatro de grillos, simplificado por la historia como Los Grillos es el grupo que lleva escena la obra de Estela Luna, dirigida por Sara Jofré. Los Grillos realizan una fecunda cruzada en pro del resurgimiento del Teatro para Niños, publican 4 tomos de Vamos al teatro con los Grillos, una colección de diez tomos de obras de teatro peruano y otras ediciones. A iniciativa de su fundadora se comenzaron a realizar las Muestras de Teatro Peruano.

En 1957, los hermanos Tulio, José, Carlos y Mario Velásquez acompañados de los más destacados actores del momento como Lucía Irurita, Carlos Gassols, Haydée Orihuela, fundan el grupo Felipe Pardo y Aliaga, que luego se denominaría Histrión, teatro de arte, uno de las agrupaciones más importantes de los sesenta, que lleva a escena excelentes montajes de obras peruanas y extranjeras como Santiago el Pajarero, de Julio Ramón Ribeyro, El fabricante de Deudas, de Sebastián Salazar Bondy, y La Chicha está fermentando de Rafael del Carpio-Carlos Velásquez. Sergio Arrau dirige Seis Personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello y Persecución y Asesinato de Jean Paul Marat interpretado por los locos del manicomio de Charenton dirigidos por el marqués de Sade (Marat-Sade), de Peter Weiss, a nuestro parecer el mejor montaje de teatro peruano en el Siglo XX:. Uno de sus últimos montajes memorables fue “El Alcalde de Zalamea”.

Aurora Colina en Miraflores abre el Cocolido desde donde realizaría incansable labor de difusión y formación que se ha continuado con la habilitación en el mismo espacio del circo La Tarumba, que alientan Fernando Zevallos y Estela Linares. Myriam Reátegui Espinoza funda el Centro Cultural Nosotros, iniciando la línea de Centros Culturales dirigidos al servicio de maestros, niños y centros laborales. Directora de CREART, revista de arte y espectáculos, ha organizado tres Festivales Internacionales y realizado Seminarios permanentes sobre El Niñó y el Arte, Recreación Infantil y Juvenil, Técnicas Modernas de Expresión Corporal, El Niño y la Comunicación. Bajo su conducción la ASSITEJ en el Perú y la Asociación Nacional de Drama/Teatro y Educación (ANDE:Perú) afiliada a la International Drama/Theatre and Education Association (IDEA) mantienen permanente labor de promoción del teatro y sus relaciones con la educación.

Iniciando la década del setenta Mario Delgado y Miguel Rubio y Teresa Ralli fundan Cuatrotablas (1970) y Yuyachkani (1971) respectivamente. De acciones y concepciones polarizadas en un comienzo por razones de pensamiento político, han aproximado sus inquietudes y hoy son, conjuntamente con el Teatro de la Universidad Católica, instituciones señeras que proyectan su labor en pro del crecimiento permanente de nuestro teatro.

A comienzos de 2008 en que amplío esta síntesis se mantiene la actividad del MOTIN y de los Talleres Nacionales de Teatro. Importante labor realiza la especialidad de Teatro del Programa de Comunicaciones de la Universidad Católica establecida durante el decanato de Luis Peirano. Destaca el serio crecimiento del TUC y su Escuela de Formación Teatral. La sucesión fiel de los Festivales del Instituto Cultural Peruano-Norteamericano como el Internacional de Títeres que este Enero ha culminado VIII versión y el de Mimo que ha cumplido igualmente su segundo año. El ICPNA, conducido culturalmente por Fernando Torres, mantiene estrechas relaciones con los grupos de danza y Ciclos Anuales de lectura de Obras de teatro peruano y universal que dirige desde hace seis años Maura Serpa. Han ampliado el horizonte teatral , los festivales descentralizados en Pueblos Jóvenes, el apoyo del Centro Cultural Peruano Español a Ciclos como NITANSOLOS, internacional de unipersonales que promociona el grupo Arlequín y Colombina que se proyecta a su quinta edición, sin contar los que en provincia se vienen realizando y en los pueblos jóvenes como el FITECA, producto de la labor de Janet Gutarra y la Gran Marcha. La Universidad Ricardo Palma en su bello local céntrico de la Avenida Arequipa ha abierto el Centro Cultural Ccori Llacta, donde ha llevado a cabo Festival Internacional de Títeres y de Teatro Experimental que ha prometido mantener como bienales. Por el momento la presencia de Iván Rodríguez y de Manuel Pantigoso garantiza el cumplimiento de esta promesa.





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LA DECADA TRANSICIONAL DE LOS CINCUENTA:

Ernesto Ráez Mendiola

Periodo de aparición de los grupos de teatro de arte, que se esforzarán por recuperar el público perdido, elevar la calidad de los montajes, promover a los autores peruanos y a los grandes de la dramaturgia latinoamericana y universal.

Presencia de una crítica orientadora y exigente, aunque con marcada influencia europea.

Apoyo al Teatro Escolar

En 1953 se crea la Sección de Teatro Nacional y Escolar que dirigirá Pedro Álvarez del Villar.
Se incentiva la práctica del teatro en los colegios nacionales y particulares y en las Grandes Unidades Escolares.

En el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, Luis Álvarez Torres dirige el grupo de teatro de los jóvenes estudiantes. En este grupo, en 1953, intervino Ofelia Lazo en Todos eran mis hijos, de Arthur Miller.

Allí, Germán Lizarzaburu Gutiérrez y Juan Rivera Saavedra crean la Agrupación Teatral Leonidas Yerovi (ATLY) que ensaya La de cuatro mil y Los ojos de Lina, primera obra de Juan Rivera.

En 1958-1959, César Chávarri Neyra organiza Concursos Interescolares de Teatro, que apoyan el vespertino Última Hora y el naciente Canal 4 se televisión.

Grupo Artístico Talía (1953-1957)

Dirigido por Porfirio Meneses y María Isabel Hurtado. Habilitaron un escenario en el local del SAP, en el Jirón Huancavelica
Integraron el elenco Aquiles Córdova, Fernando Samillán, Gabriel Figueroa, Abraham Lama, Manuel Pantigoso, Estela Luna, Enrique Zevallos.
Llevan a escena El secreto de los negros, La señorita Julia, A Electra le sienta el luto. Armas y el hombre.
Llegaron a tener un pequeño auditorio en el Jirón Pachitea.

Premios Nacionales de Teatro de los 50

1950: Medea, de Juan Ríos.
1951: Rodil, de Sebastián Salazar Bondy.
Estímulo a Yo, Tú, Nadie, de Robles Godoy
1952: Ayar Manko, de Juan Ríos
Estímulos a Don Juan, de Tirso(?)
1954. El Mar, de Juan Ríos.
1957: La Muerte de Atahualpa, de Benardo Roca Rey.
1958: La Noticia, de Coco Meneses. Obra con la que se abre el nuevo teatro La Cabaña.
1959: Vida y Pasión de Santiago el pajarero, de Julio Ramón Ribeyro, estrenada en 1960 por Histrión en un montaje épico de Hernando Cortés.

Temporadas de la Compañía Nacional de Comedia

1953: Los robots, de Capek.
Ollantay (adaptación de SSB y César Miró.
Antígona, de Jean Anouilh.
1954: Ayar Manko, de Juan Ríos. Ricardo Roca Rey- Alberto Terry.
La salvaje, de J. Anouilh. Mario Rivera-Alberto Terry
Celos del aire, de José López Rubio. Idem
1955: Un juguete, de Segura. Emilio Vásquez Galli.
La barca sin pescador, de Alejandro casona. Leonardo Arrieta.
Yo estuve antes aquí, de Priestley. Leonardo Arrieta.
1956: Frutos de la Educación, de Pardo y Aliaga.
Living Room, de Graham Greene
Un juguete (Reposición)

Teatro Clásico Griego en Lima

Ricardo Roca Rey en el local del Jirón Ica dirige dentro del ciclo Orígenes del Teatro: Los Persas, de Esquilo (1953); Antígona, de Sófocles (1954); El cíclope, de Eurípides (1954) y Los caballeros, de Aristófanes (1955).
Luis Álvarez Torres dirige Prometeo Encadenado, para la ENAE, en la Concha Acústica del Campo de Marte( El Comercio 28 de Abril de 1957).

La ENAE de Ugarte Chamorro

Funcionó en el Jr. Washington 1252 y abrió un teatro que daba al Pasaje García Calderón 183. En el 170 del mismo pasaje tuvo un anexo en la Sociedad 33 amigos.
En el contexto de una dictadura militar implacable, GUCH sostuvo un Servicio de Difusión a instituciones y colegios de Lima y provincias. Se editó la revista ENAE (8 números: 1953-1956).

Notable suceso obtuvo el estreno de El reino sobre las tumbas, de Juan Ríos, presentada en el pequeño auditorio de la ENAE, dirigida y protagonizada por Luis Álvarez con un elenco de alumnos de la escuela.
El espectáculo se completaba con Holofernes, de Ventura García Calderón, en que intervenían Rubén Martorell y Estela Luna López.

En la ENAE se editaba a mimeógrafo una serie de publicaciones sobre teoría del teatro y la historia del teatro peruano y latinoamericano. Aspiraba a formar una Compañía de egresados. Pero, finalizada la dictadura odriísta en 1956, los cambios políticos de 1957, permitieron a los enemigos de GUCH alejarlo de esta gran labor que quebró uno de los más coherentes y fecundos esfuerzos por el desarrollo del teatro peruano.

Club de Teatro

Sebastián Salazar Bondy y Reynaldo Damore Black, joven teatrista argentino que había viajado como becario a la ENAE fundan en 1953 el Club de Teatro de Lima. Los acompañan Marco Caplansky, Zulema Katz, Boris Chubarovsky, Gloria Raines, David Stivelberg.
En un comienzo funcionó en el sótano del famoso Negro-Negro y posteriormente se trasladó al sótano de la Maison de France. Fiel a la tradición actualmente también funciona en un sótano en 28 de Julio en Miraflores, lugar al que emigró en la década del ochenta.

En noviembre de 1954 los alumnos de la primera promoción de su escuela representan En el cielo no hay petróleo, de SSB. Stivel dirige en agosto 1955 Llegada de noche, de Hans Rothe; primera obra en teatro circular. También hicieron teatro para niños.

En el Club de Teatro de Lima se presentaron obras de vanguardia, se propició la formación permanente de actores y del público aficionado.
La trascendencia de la labor del Club de Teatro en pro del desarrollo de nuestra escena se expresa por los actores y actrices egresados de sus filas.

La labor del maestro Reynaldo D´Amore tiene una gran importancia en la historia de nuestro teatro.

La ENAE y el INAD

Para ordenar la nueva situación se conforma una Junta Administradora del Teatro Nacional integrada por Manuel Vegas Castillo y Deifilio Bobbio.

Durante un breve periodo se encargó la dirección de la Escuela a Don Leonardo Arrieta. Luego se le trasladó a espaldas del Teatro La Cabaña y pasó a llamarse Instituto de Arte Dramático (INAD).
Mario Rivera del Carpio es nombrado primer director de la INAD, en 1958. Mario era un hombre de teatro muy talentoso y trató de llenar las carencias académicas de la ENAE. Con esta intención se creó la sección de Escenografía y se contrató un excelente plantel de profesores.
El cuerpo de profesores lo formaban jóvenes intelectuales de reconocida trayectoria como: Luis Jaime Cisneros, Alejandro Romualdo Valle, Sebastián Salazar Bondy, Leopoldo Chiappo, Enrique Iturriaga, Leonor Vinatea, Trudy Kesell, José Miguel Oviedo, Ada Bullón, Rubén Lingán.

Pero a este crecimiento académico le faltó el espíritu de grupo que había caracterizado a la ENAE, por lo que no pudo superar la gestión de Guillermo Ugarte Cham
Reynaldo Damore Black, joven teatrista argentino que había viajado como becario a la ENAE funda en 1953 el Club de Teatro de Lima. En un comienzo funcionó en el sótano del famoso Negro-Negro y posteriormente se trasladó al sótano de la Maison de France. Fiel a la tradición actualmente también funciona en un sótano en 28 de Julio en Miraflores, lugar al que emigró en la década del ochenta. En el Club de Teatro de Lima se presentaron obras de vanguardia, se hizo teatro circular, se propició la formación permanente de actores y del público aficionado. La trascendencia de la labor del Club de Teatro en pro del teatro peruano se expresa por los actores y actrices egresados de sus filas. También hizo Teatro para Niños.

En 1957, año de la cancelación de la Escuela Nacional de Arte Escénico, como patente demostración de la trascendencia de su labor un grupo de egresados y profesores funda Histrión, teatro de arte. El grupo lo conformaron Carlos Gassols, Lucía Irurita, Haydée Orihuela, Michel Morante, los hermanos Tulio, José y Carlos Velásquez y con el tiempo se sumarían Mario y su primo y gran realizador Virgilio. Funcionó desde el comienzo en su local de Pasaje García Calderón 170. A Histrión se debe el esfuerzo sostenido por llevar el teatro a los pueblos. para el efecto habilitó un escenario ambulante con el que presentó obras como Un enemigo del Pueblo, de Enrique Ibsen en la Plaza Principal de Chincha. Igualmente procupado por la creación de un teatro peruano estrenó las obras principales de Sebastián Salazar Bondy, de Grégor Díaz, de Juan Rivera Saavedra, de Estela Luna, de Rafael del Carpio, de Julio Ramón Ribeyro y de José Schultz. Realizó en 1962 una gira a Santiago de Chile donde alcanzó notable éxito presentando Santiago, el pajarero, El Fabricante de Deudas y La Chicha está Fermentando. A este grupo correspondió la última representación importante del Teatro de Arte: Asesinato y Persecución de Jean Paul Marat representado por los locos del manicomio de Charenton dirigidos por el marqués de Sade, de Peter Weiss, en el Teatro Segura, dirigidos por Sergio Arrau y protagonizada por José Velásquez (Sade) y Ernesto Ráez (Marat) y un numeroso elenco que actuó a teatro lleno una larga temporada.

Pero los nuevos tiempos, en un Perú agitado por las guerrillas, con un gobierno militar reformista luego de 1968 reclamaba un teatro que los grupos de arte no aportaron ni las compañías como la de Lucía Irurita o la de Alfredo Buroncle, dando paso al teatro de grupos que se gestaría en la década del setenta, a partir de inquietudes juveniles, por lo que se dejó desamparada la escena nacional y el escaso público derivó hacia las compañías de teatro ligero y comercial como las de José y Lola Vilar y posteriormente la de Osvaldo Cattone.

Los grupos señeros: Histrión, teatro de arte; Asociación de Artistas Aficionados (AAA) y Club de Teatro de Lima, dan paso a nuevas agrupaciones. Y, la mínima lista de dramaturgos conformada por : Juan Ríos Rey, Enrique Solari Swayne y Sebastián Salazar Bondy, se va a incrementar. Así mismo la presencia de las provincias tiene un mayor peso al punto de que ya es posible hablar después de la década del setenta de un Movimiento Teatral Peruano.



DERROTERO PARA UNJA HISTORIOA DEL TEATRO EN EL PERU 9

VIDA, PASIÓN Y MUERTE DEL TEATRO DE ARTE (1938-1969)

Ernesto Ráez Mendiola

Al culminar la década del 30 y con la Segunda Guerra Mundial llegan nuevos autores no españoles a nuestra escena, como el italiano Luigi Pirandello, y el norteamericano Eugenio O´Neill. La década del 40 será la del declinar del teatro de divos y la de la afirmación del teatro de arte practicado por los grupos independientes.

A este periodo que llena treinta años de actividad teatral se le podría denominar de los grupos de teatro de arte, ya que se forjó como reacción al teatro de obras intrascendentes o que trataban de imitar las formas hispanas que hacían los divos. Estos grupos intentaron renovar e incrementar el contingente de aficionados al buen teatro, de educar al público y de llegar a la población en general con las mejores obras de la literatura dramática universal. También se buscó dignificar la profesión del actor creando una mística de trabajo serio y humilde al servicio de la escena y del público espectador. Pero, su mayor mérito estuvo en la búsqueda de una dramaturgia nacional.

La primera expresión de este movimiento fue la fundación, por Alejandro, Aurelio y Elvira Miró Quesada, Rosa Graña, Manuel Solari Swayne, Percy Gibson, Ricardo Grau, Alberto Wagner de Reina, Enrique Peña Osores y Carlos Raygada, de la Asociación de Artistas Aficionados (AAA) en Junio de 1938, en el 510 de la calle Espaderos. Posteriormente la AAA ocuparía un local permanente en el Jirón Ica 323. Son muchos los hitos que, en el crecimiento del teatro nacional, corresponden a la AAA. Mencionaremos en especial el empleo estético de los espacios abiertos: como el atrio de la Catedral de Lima o de la Iglesia de San Francisco y la Quinta de Presa, El artífice de estos espectaculares montajes que apuntaban a la estética del teatro de masas de Max Reinhardt fue el notable director Ricardo Roca Rey. A él se debe la puesta de El Gran Teatro del Mundo, de Calderón de la Barca, en la Plaza de Armas de Lima; y de La Muerte de Atahualpa, de Bernardo Roca Rey, en las ruinas de Puruchuco. Otro ciclo inolvidable y aleccionador fue el dedicado al teatro griego. Grandes actores como Luis Álvarez, Jorge Montoro, Pablo Fernández integraron el elenco de la AAA, cuyos montajes siempre fueron garantía de alta calidad. En ellos se dio a conocer un joven actor muy dsciplinado y de gratísima figura, Ricardo Blume Traverso. La seriedad y nivel de exigencia aprendido en la AAA fue inculcado por Ricardo Blume a sus alumnos, cuando se le encargó la reapertura del teatro de la Universidad Católica.

Don Ricardo Roca Rey solía decir: "Para forjar un teatro nacional debemos poner y poner en escena las obras de nuestros autores". Y, cumpliendo lo dicho representó las creaciones de Juan Ríos Rey, Enrique Solari Swayne, dos de los más significativos dramaturgos del periodo. La AAA también hizo un excelente teatro para niños.

Otro gran impulsor en la búsqueda de un teatro de arte es don Manuel Beltroy, profesor universitario que crea el Teatro Universitario de San Marcos que presenta su primer espectáculo, El Emperador Jones, de Eugenio O´Neill, el 5 de Julio de 1941 en el Teatro Segura, bajo la dirección del argentino Hugo D´Avieri. Posteriormente, en Octubre de 1945, en el local del Instituto Bach de la 4ta. cuadra del Jirón Junín en Lima, el doctor Manuel Beltroy reune a algunos actores y forma a su retorno de Argentina, El Teatro del Pueblo. El 3 de Octubre de 1945 realiza la primera función en el Teatro Ritz de la avenida Alfonso Ugarte, ofreciendo: Un Duelo , de Anton Chejov; Limones de Sicilia , de Luigi Pirandello; y Así que pasen cinco años , de Federico García Lorca. Integraban el elenco entre otros Luis Álvarez y Jorge Montoro. Igualmente cultivaron el Teatro para Niños.

El año 45 es especialmente significativo para la historia del teatro peruano porque en ese año el actor Carlos Revolledo funda el Sindicato de Actores del Perú (SAP), el 13 de Octubre de 1945, y don Jorge Basadre, entonces Ministro de Educación, promueve la Ley de Fomento al Teatro que crearía la Compañía Nacional de Comedias (CNC), la Escuela Nacional de Arte Escénico (ENAE) y los Concursos Nacionales de Teatro Escolar, de Drama y de Comedia.

Don Jorge Basadre, Ministro de Educación durante el periodo presidencial de Don José Luis Bustamante y Rivero cuenta en su libro autobiográfico La Vida y la Historia : "Uno de los decretos que más me enorgullece cuando recuerdo mi breve y frustrada labor ministerial de 1945 es el que colocó al teatro bajo la protección del Estado. También aquí sólo puedo jactarme apenas de haber sembrado unas semillas. De ellas salieron el Departamento de Teatro, la Escuela Nacional de Arte Escénico y la Compañía Nacional de Teatro.

La primera obra premiada en teatro escolar fue Los héroes y Grau, de Adolfo Chipoco Malmborg. Juan Ríos Rey obtuvo el premio de drama por Don Quijote; y Percy Gibson Parra el de comedia por Esa Luna que Empieza.

Edmundo Barbero, actor que había llegado con la compañía de Margarita Xirgu, dirige la primera temporada, en el Teatro Segura, y lleva a escena Olaya o El Barquero y el Virrey, de Manuel Nicolás Corpancho, con escenografía y vestuario diseñados por Santiago Ontañón. El personaje de Olaya fue representado por Aquiles Guerrero. También se estrena Esa luna que empieza, El Hechizo, de Antenor Samaniego y El Demonio de la Guarda, de Ricardo Villarán. En la segunda temporada se presentó Amor, gran laberinto, de Sebastián Salazar Bondy. Las temporadas de la CNC llenaron la década del cincuenta. Los Concursos se mantuvieron más o menos el mismo tiempo.




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TEATRO FINISECULAR Y DE COMIENZOS DEL SIGLO XX (1939)

Ernesto Ráez Mendiola

A pesar de la lamentación de Juan de Arona a fines del siglo (1891) "¡Los teatros se mueren! ¡Los teatros han muerto! referida al mal estado de las salas teatrales y la falta de animación de la vida teatral limeña, lo cierto es que, durante las cuatro primeras décadas del siglo, en Lima se mantiene una actividad teatral continua.

Leonidas Yerovi (1881-1917) a caballo entre dos siglos, encuentra el tono apropiado para hablar de nuestra realidad. La de cuatro mil, La Salsa Roja, Domingo Siete, muestran con gracejo y excelente humor las limitaciones provincianas de una Lima que no acaba de crecer y que vive pendiente de la suerte, porque "el suertero que grita ´la de a mil´ contiene no sé qué fondo de Dios". En La de cuatro mil, hay una sutil confrontación de la actitud masculina con la femenina y el esfuerzo provinciano de crecimiento expresado por las dos mujeres de la obra. Escrita en verso fluido, ha merecido innumerables puestas en escena hasta la fecha en nuestro país.

Inclusive, durante el periodo de la guerra con Chile, en 1880 se estrenó, Muerto en Vida, de Eloy P Buxó, a beneficio de los militares heridos en la Batalla de Arica. Otro autor muy popular es el ya mencionado Abelardo Gamarra, autor de Ña Codeo (1887), de corte costumbrista . De su tema se puede deducir interesantes conclusiones sobre la situación de la mujer y la situación económica de la clase media. Carlos Germán Amézaga (1862-1906) en Sofía Perowskaia se aparta de la línea costumbrista y su obra se desarrolla en Rusia, donde Sofía se adscribe al espíritu revolucionario por amor y acepta morir por ello en actitud típicamente romántica.

Abraham Valdelomar (1888-1919) intenta un teatro más profundo que aborde la complejidad del alma humana y la vida social, en Verdolaga, tragedia pastoril en tres actos. Otro autor cuyas obras aluden a las limitaciones culturales del medio es José Chioino. Escribe Petronio (1923), La propia comedia, donde juega con los diversos puntos de vista desde los cuales puede ser juzgada la realidad. Acorde con las intenciones intelectuales de este grupo de escritores Ricardo Peña ofrece en Bandolero Niño (1935) un diseño poético del bandolero Luis Pardo.

En varios locales establecidos se presenta regularmente compañías encabezadas por actores peruanos que también hacen giras a provincias. Caracteriza este periodo la presencia de capocómicos o divos, que se unen entre ellos y forman familias teatrales, otros se proyectan al extranjero y se desarrollan lejos del país.

El Romanticismo Teatral no llegará a tener fuerza y continuará primando el costumbrismo; el repertorio se nutrirá de sainetes españoles adaptados a la vida nacional, llegando algunos actores a crear personajes populares. Un hecho especialmente notorio es la existencia de compañías de niños como la de Baronti en 1902 y la de los Hermanos Gassols, en 1935.

Aunque nos visitan compañías extranjeras, todavía domina la escena nacional el estilo español de actuación y hay muy poca presencia de dramaturgos de otras lenguas. El público prefiere la comedia ligera, la zarzuela y la opereta.

Demetrio Baronti, industrial propietario de la fábrica de chocolates y galletas El Gallo organiza con niños de diferentes barrios de Lima, una Compañía Infantil. Lo importante de esta iniciativa que realizó con los talentos infantiles giras a provincias del norte del país, es que muchos de sus integrantes serían los animadores del teatro de divos de los años siguientes como Luis Canessa Mendieta, Eloy Corcuera y Carlos Rodrigo; este último gran imitador de personajes populares; Rogel Retes, que continuó hasta Santiago de Chile y se instaló en ese país. Por su interpretación del "roto" es considerado uno de los fundadores del teatro chileno. Otro gran actor peruano que triunfó en Chile fue el inolvidable Lucho Córdova que alternó su vida teatral realizando temporadas regulares a teatro lleno en Lima, con su esposa Olvido Leguía.

Durante el oncenio, el presidente Augusto B. Leguía dió su apoyo para que el alcalde de Lima, don Federico Elguera, con miras a las celebraciones del Centenario de la Independencia Nacional, reconstruyera el Teatro Principal incendiado en 1883. El 14 de Febrero de 1909 se inauguró como Teatro Municipal, con la presentación de la Compañía María Guerrero- Fernando Díaz de Mendoza. En 1929 pasó a llamarse Teatro Manuel A, Segura. En Chorrillos funcionó el Teatro Marchetti (1869). Otras salas que funcionaron fueron el Forero, inaugurado en 1920 en los terrenos del antiguo Olimpo, y que en 1929 pasó a ser el actualmente incendiado Teatro Municipal. Otro local famoso es el Politeama, donde en 1886 se presentó la famosísima diva Sara Bernhardt. En el Delicias (1910) de los Barrios Altos se representó teatro chino. En la Plaza Italia estaba el Mazzi (1911). En 1914 se inauguró el Teatro Colón de la Plaza San Martín) y también hubieron locales en el Callao.

Como demostración de la inusitada preferencia del público limeño por la zarzuela Ricardo Chirre Danós alcanza las 300 representaciones con Lima en Kodak, una revista musical en el Teatro Colón. Ángela Járquez, Ernestina Zamorano y Antonia Puro destacan en este singular espectáculo que encandiló a los limeños durante un año.

Eckhardt Pastor, que funda la Sociedad Peruana de Actores y dona un espacio en Chaclacayo para ¨La Casa del Artista¨, actualmente en triste abandono. Su obra, Del 96 al 36, estrenada por Lucho Córdova con el entremés criollo Vamos a Seguirla, entre el primer y segundo actos, muestra una Lima que se iba y que hoy finalmente se fue del todo. En las evocaciones de los criollos finiseculares frente a las exigencias de los nuevos tiempos hay una visión idílica del pasado que es reveladora de cuánto puede ser un lastre el falso romanticismo y el poco pragmático deseo de anclar en el pasado.

Por estos años, envía artículos sobre el teatro europeo, César Vallejo (1892-1938). Escribe en Francia obras de teatro, cuya representación propone a actores como Louis Jouvet, y en sus textos teóricos plantea puntos de vista sobre la renovación teatral europea en el lejano París. Algunas de estas obras, de contenido político, nos remiten a la realidad nacional como Colacho, hermanos (1934), de argumento basado en su novela Tungsteno, y La Piedra cansada (1937), que se desarrolla en el incario. Hasta la fecha no podemos hablar de una influencia del teatro de Vallejo en la escena peruana.

El teatro de los obreros anarco sindicalistas
Habíamos pasado por la Gran Guerra sin reaccionar a las exigencias del nuevo siglo y nos encontrábamos ya en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial. Mientras España se desangraba, únicamente los obreros del teatro anarco-sindicalista representaban a Enrique Ibsen en Lima. Debemos al profesor Rafael Hernández un breve estudio sobre este fecundo movimiento, que no ha sido suficientemente investigado.



DERROTERO PARA UNA HISTORIA DEL TEATRO EN EL PERÚ 7

Periodo de la Influencia Hispana: Siglo XX
De comienzos del Siglo XX hasta 1929

Ernesto Ráez Mendiola

La Compañía de Niños, Baronti

Demetrio Baronti, industrial propietario de la fábrica de chocolates y galletas El Gallo organiza con niños de diferentes barrios de Lima, una Compañía Infantil.
Lo importante de esta iniciativa, que realizó con los talentos infantiles giras a provincias del norte del país, es que muchos de sus integrantes serían los animadores del teatro de divos de los años siguientes como Luis Canessa Mendieta, Eloy Corcuera y Carlos Rodrigo; este último gran imitador de personajes populares.
Rogel Retes, que continuó hasta Santiago de Chile, se instaló en ese país. Por su interpretación del "roto" es considerado uno de los fundadores del teatro chileno.

Leonidas Yerovi (1881-1917)

A caballo entre dos siglos, encuentra el tono apropiado para hablar de nuestra realidad.

La de cuatro mil, La Salsa Roja, Domingo Siete, muestran con gracejo y excelente humor las limitaciones provincianas de una Lima que no acaba de crecer y que vive pendiente de la suerte, porque "el suertero que grita ´la de a mil´ contiene no sé qué fondo de Dios". En La de cuatro mil, hay una sutil confrontación de la actitud masculina con la femenina y el esfuerzo provinciano de crecimiento expresado por las dos mujeres de la obra. Escrita en verso fluido, ha merecido innumerables puestas en escena hasta la fecha en nuestro país.

El Modernismo

José Santos Chocano (1875-1934) escribe: Sin nombre (1896), El Nuevo Hamlet (1898), Duelo a muerte (1899). El actor Vico le estrena Vendimiriano (1899).
En 1900, Ingenio. El drama Los Conquistadores se estrenó en Madrid. Fue editado en 1906.
Chocano reflexiona en sus obras sobre las pasiones y la condición existencial de los seres humanos.

Abraham Valdelomar (1888-1919) En Verdolaga, tragedia pastoril en tres actos, intenta un teatro más profundo, que aborde la complejidad del alma humana y la vida social.

José Chioino. Sus obras aluden a las limitaciones culturales del medio. Escribe Petronio (1923), La propia comedia, donde juega con los diversos puntos de vista desde los cuales puede ser juzgada la realidad.

Ricardo Peña Acorde con las intenciones intelectuales de este grupo de escritores ofrece en Bandolero Niño (1935) un diseño poético del bandolero Luis Pardo.

Los sainetes líricos

Julio de la Paz, seudónimo de Julio Baudoin de la Paz ironiza tipos y costumbres nacionales.
Las tapadas, referida a la Lima virreinal, es escrita en colaboración con José Carlos Mariátegui.
Los niños faites (1915) tiene música de Reynaldo La Rosa.
Para El cóndor pasa, Daniel Alomía Robles escribe la música (1916).
Otras obras son: Sangre bohemia, La cosecha y Sueño de opio.

Lima en Kodak:

En Enero de 1923, como demostración de la inusitada preferencia del público limeño por la zarzuela, Ricardo Chirre Danós alcanza las 300 representaciones con una revista musical en el Teatro Colón, Lima en Kodak. Ángela Járquez, Ernestina Zamorano y Antonia Puro destacan en este singular espectáculo que encandiló a los limeños durante un año.

En Mundial, del 26-01-1923 se comentó el espectáculo de cinco cuadros y una apoteosis: ¡Criollo puro!, El fumadero, Visión del opio, Por las nubes, El palacio del Dinero. Se antologaba en ellos diversos aspectos de la vida limeña.
Dirigida por Alfredo Hernández y Arturo Castillo con escenografía de Luis Infante presentaba al final un río Rímac navegado por góndolas venecianas.

Salas limeñas

Durante el oncenio, el presidente Augusto B. Leguía dió su apoyo para que el alcalde de Lima, don Federico Elguera, con miras a las celebraciones del Centenario de la Independencia Nacional, reconstruyera el Teatro Principal incendiado en 1883. El 14 de Febrero de 1909 se inauguró como Teatro Municipal, con la presentación de la Compañía María Guerrero- Fernando Díaz de Mendoza. En 1929 pasó a llamarse Teatro Manuel A, Segura.

Otras salas fueron el Forero, inaugurado en 1920 en los terrenos del antiguo Olimpo, y que en 1929 pasó a ser el actualmente incendiado Teatro Municipal.

Un local famoso es el Politeama, donde en 1886 se presentó la gran diva Sara Bernhardt.

En el Delicias (1910) de los Barrios Altos se representó teatro chino.

En la Plaza Italia estaba el Mazzi (1911). En 1914 se inauguró el Teatro Colón de la Plaza San Martín.

En Chorrillos funcionó el Teatro Marchetti (1869). También hubieron locales en el Callao, como el Ideal.

Los Años Treinta

Durante este periodo en el teatro Campoamor actúa la Compañía de Carlos y Ernestina Zamorano.

Compañía Infantil Hermanos Gassols

Organizada por el padre de los Gassols,en 1934 .Estrena en el Teatro Ideal, del Callao Molinos de Viento. Recorre toda la costa presentando comedias, operetas y zarzuelas y llega hasta Chile, Bolivia y Argentina.
Integran el elenco, además de los niños de la familia, José Velásquez, Enrique Victoria. En su gira a Arequipa se les suma Guillermo Ugarte Chamorro, que dirigía al grupo de niños que la colectividad arequipeña había bautizado como Precocidad.
Carlos Gassols y Enrique Victoria todavía actúan y son los patriarcas del teatro peruano.

Actuación y parafernalia

Caracteriza este periodo la presencia de capocómicos o divos, que se unen entre ellos y forman familias teatrales, otros se proyectan al extranjero y se desarrollan lejos del país.
En varios locales establecidos se presenta regularmente compañías encabezadas por actores peruanos que también hacen giras a provincias.

No existe una Escuela de Teatro por lo que se sigue el sistema de compañías de divos (estrellas) a las que se accede desde meritorio, partiquino, actor de reparto, galán, etc.
La forma de actuar es ampulosa y remarcada, abundando la morcilla y el latiguillo. Este tipo de actuación continuará hasta mediados de los años cuarenta del siglo pasado.

Los Divos peruanos

Los divos, capocómicos, cabezas de compañía cultivan el sainete criollo y la línea costumbrista, sobre todo en Lima.
Paco Andreu, Carlos Revolledo, “El cholo” - creador del sargento de polecia- son pioneros del cine nacional con Los palomillas del Rímac y El Gallo de mi Galpón.

Leonardo Arrieta, Lucho Córdova, Rogel Retes sostienen compañías. Revolledo adapta al medio sainetes españoles, a los que pone títulos sugestivos. En Cañete ha sonado un cohete le deparó gratas satisfacciones.

Rogel Retes y Lucho Córdova se establecen en Chile y de allí Córdova cada año retorna a Lima con su compañía, acompañado de su esposa Olvido Leguía.
Lucho Córdova estrena Del 96 al 36 de E. Pastor.

El Teatro de César Vallejo (1892-1938)

Muestro ilustre poeta, escribe en Francia obras de teatro, cuya representación propone a directores como Louis Jouvet. En sus textos teóricos plantea puntos de vista sobre la renovación teatral, en el lejano París.
Algunas de estas obras, de contenido político, nos remiten a la realidad nacional como Colacho, hermanos (1934), de argumento basado en su novela Tungsteno, y La Piedra cansada (1937), que se desarrolla en el incario.

En Notas sobre una nueva estética teatral, (París 1934) postula: “ El teatro es un sueño. Las leyes del sueño aplicadas a la escena con esa arbitrariedad y esa libertad del sueño. La incoherencia de las metamorfosis, las contradicciones aparentes, la lógica profunda, la dialéctica subterránea, el orden esencial en el desorden de su superficie…

Hasta la fecha no podemos hablar de una influencia de la estética teatral de Vallejo en la escena peruana. Guido Podestá ha investigado este aspecto de la producción vallejiana.

Eckhardt Pastor

Funda la Sociedad Peruana de Actores y dona un espacio en Chaclacayo para ¨La Casa del Artista¨, actualmente en triste abandono.
Del 96 al 36 estrenada por Lucho Córdova con el entremés criollo Vamos a Seguirla, entre el primer y segundo actos, muestra una Lima que se iba y que hoy finalmente se fue del todo.

En las evocaciones de los criollos a comienzos del XX, frente a las exigencias de los nuevos tiempos, hay una visión idílica del pasado que es reveladora de cuánto puede ser un lastre el falso romanticismo y el poco pragmático deseo de anclar en el pasado.
El Teatro de los Anarco-sindicalistas

Este fecundo movimiento ha sido parcialmente investigado por el director Rafael Hernández.

Los obreros del teatro anarco-sindicalista representaron a Enrique Ibsen en Lima, mucho antes de que el movimiento teatral comenzara a abrirse a las manifestaciones mundiales.


DERROTERO PARA UNA HISTORIA DEL TEATRO EN EL PERU 6

ROMANTICISMO TEATRAL (1850)

Ernesto Ráez Mendiola

Resulta forzado y hasta postizo hablar de un teatro romántico en el Perú décimonónico, pues no hubo aquí una situación similar a la que provocó el romanticismo teatral en la Alemania del Sturm und Drang, de Klinger, ni la de la revolución de 1789, en Francia.
Si sólo limitamos este movimiento al color local y al desborde apasionado, posiblemente podamos hallar ejemplos en el teatro costumbrista; pero el romanticismo europeo fue más allá de estas características; aunque igualmente no dio grandes obras teatrales.

El color local y el color de época fueron características del romanticismo europeo. Así tenemos que:

* Para Benjamín Constant Rebecque (1767-1830).”Si la tragedia ha de renunciar a las unidades de tiempo y lugar, debe aferrarse al color local. Éste caracteriza esencialmente el estado de la sociedad que las composiciones dramáticas se proponen pintar. El color local. posee encanto e interés particulares. Antes, el encanto no era apreciado… el color local. es la base de toda verdad, sin él nada sobrevivirá en el futuro” (Reflexions sur la tragedie de “Wallenstein” et sur le théâtre allemand).

* Por su parte, Víctor Hugo (1802-1885) dice: “No porque le convenga dar, como se dice ahora, color local., esto es, añadir algunos toques chillones aquí y allá, en un conjunto que continúe siendo falso y convencional, sino porque no es en la superficie del drama donde debe estar el color. local., sino en el fondo, en el corazón mismo de la obra, desde el que se esparza por fuera de ella natural e igualmente y, por así decirlo, en todos los rincones del drama”.
El drama debe estar impregnado de color de época, debe de aspirarse en él de tal modo que nos apercibamos que, entrando o saliendo de él, hemos cambiado de siglo y de atmósfera. Se necesitan algunos estudios y bastante trabajo para conseguirlo, pero esto le da más mérito”. (Prefacio de Cronwell)

Pero, el romanticismo nacional, además de darse a destiempo en relación a su modelo europeo, no reflejó el color local, salvo en las obras de los costumbristas; y mucho menos el color de época, limitándose en los mejores casos a exaltar el espíritu patriótico en alegorías fervorosas, en el período de auge de la riqueza guanera. Como dato anecdótico recordaremos que Corpancho escribió un poema dedicado a Castilla.

Es por eso que las obras del “romanticismo teatral” no tuvieron en el Perú una especial significación para el desarrollo de un teatro nacional. Por otra parte, el teatro no fue actividad principal de ninguno de estos escritores.

El Presidente Ramón Castilla brindó apoyo a los dramaturgos románticos:
- Manuel Nicolás Corpancho (1831-1863): El poeta cruzado
- Ricardo Palma: (1833-1919): Rodil (13-02-1852). Escribe además: La hermana del verdugo, La muerte o la libertad, y a
- Luis Benjamín Cisneros (1837-1904) : Poeta coronado por el Ateneo de Lima. Escribe la alegoría: El Pabellón Peruano, y el drama: Alfredo el sevillano (1856), elogiado por Palma. Ambas fueron estrenadas en el Principal con notable buen éxito. Además de teatro y poesía escribió dos novelas.

Otros autores son:
- Carlos Augusto Salaverry (1830-1891): Atahualpa o La conquista del Perú

- Clemente Althaus (1835.1881) Poeta limeño. Escribió El Antioquio, drama que estreno Burón en el teatro Principal, el sábado 24 de febrero de 1877.
No presenció el estreno de su obra porque se hallaba en París en una casa de locos. Cuatro años después falleció.

- José Arnaldo Márquez (1832-1903) Escribió: La bandera de Ayacucho, Pablo o la familia del mendigo y La cartera del ministro. La agonía de Colón (1878), El cordón sanitario (1887). * Su hermano Luis Márquez presentó la zarzuela La novia del colegial (1886), al Concurso Literario del Ateneo de Lima-1887,y obtuvo la Medalla de Oro. La música es de su hermana Manuela Antonia Márquez. Sin embargo, fue estrenada en el Politeama, como obra dramática.

Locales teatrales

* Alejandro Tessiëre (tenor) y Carlos Zuderell (empresario) construyen en la calle de Espaderos el “Salón lírico-dramático” o “Sala de Arte”(1850), para conciertos. Pero en 1851, la Cia de Mateo Loghlin comenzó a hacer teatro y se llamó “Teatro de Variedades”. Francisco Lazo pintó el telón de boca y una decoración.
No hay que confundir con otro teatro del mismo nombre, en la calle del Correo, que duró pocos meses y desapareció al inaugurarse el Olimpo

* Fue tal la afición por el teatro de los limeños que, cuenta Manuel Moncloa y Covarrubias, se abrieron Locales Habilitados: En 1847 la ´Casa de Gallos´ se habilitó como Teatro Provisional. Y trabajó la Cia. Dramática de Casacubierta, Jiménez y la Emilia Hernández.
A fines de 1868 se habilitó el almacén 44 de la calle del Correo. Se hizo marionetas con escenografías de Leonardi que construiría y decoraría años después el Politeama.

* Inclusive en las casas particulares se representaban comedias y dramas por señoritas y caballeros de la sociedad de Lima.
1861: El 9 de abril en El Chalaco, se reseña una función casera por Monserrat, de ´El bello ideal¨, de Carlos Augusto Salaverry.
1865: En la casa de Fernando Casós, de la calle Bodegones.
1884: José Sánchez, de la calle Capón.
1890: Manuel Moncloa, en la calle Gremios 136

* Uno de los primeros Café cantantes fue el Alahambra. Propiedad del francés M. Baudichon. Abierto en la calle de Mercaderes en 1872. Se hacían piezas en un acto, bailes por turnos y se tomaba café o copa por dos pesetas.
Lo licencioso de los ademanes y bailes y los escándalos que había entre espectadores, artistas y bailarines, hizo que la autoridad lo clausurara al poco tiempo.

* El más grande local teatral de Lima fue el Politeama (1900 espectadores). Construido en la calle El Sauce por Ángel Nicoletti. Se inauguró con Il Trovatore, por la Cia. de ópera Ugolini.
Fue clausurado en setiembre de 1903 por el mal estado de su techumbre. Pero, se volvió a abrir en 1904.

Visita de la Compañía infantil Barrios

Fue la primera de su género que trabajó en Lima. El 22 de diciembre de 1872 estrenó en el Principal, la comedia de Bretón: Una de tantas.
La integraban los hermanitos Barrios: Abelardo (12 años), Sara (11), Víctor (7), Ida (5) y Carlitos (3)
La visita de estas compañía desataría emulaciones en el siglo XX.

El Teatro y la Guerra del Pacífico

Testimonio doloroso y objetivo ofrecen las obras escritas en relación con las repercusiones antes, durante y posteriores a la Guerra del Pacífico. Rubèn Quiroz ha escrito La Guerra del Pacífico en el Teatro Peruano, revelador estudio sobre este delicado tema.

En La Guerra de Chile, de Isidro Mariano Pérez (1832?-1880), el protagonista, Enrique enfrenta los ruegos de María, su madre y de Victoria, su novia y hasta el parecer contrario de su amigo Pablo, quien también se decide al final a partir al frente.
Las pasadas glorias de Junín y Ayacucho y la del Combate del 2 de mayo enceguecen a los peruanos que miran “La Guerra de Chile”, no del Perú, como una locura del ”país del sur manipulado por sus gobernantes” a la que pronto se pondrá término.
El verso final, dicho con las notas del Himno Nacional como fondo triunfal, es esclarecedor de este estado de ánimo.
Y muera el pueblo insolente
Que perturba a las naciones
Ideas y no cañones
Quiere el siglo diecinueve.

En 1880, en plena guerra, muertos ya Grau y Bolognesi, la Compañía de Eloy Perillán Buxó estrenó su obra Muerto en Vida, a beneficio de los militares heridos en la Batalla de Arica
Es un melodrama sobre identidades ignoradas, en el contexto de la guerra perdida. La atmósfera que genera el retorno de los cuerpos de nuestros héroes fallecidos establece un contrapunto entre la agonía social y la íntima de los protagonistas, en el que se impone al dolor personal el de la patria vencida. El recurso del agonizante mudo que habla al final antes de morir es típicamente melodramático.
A diferencia de otras obras sobre el tema bélico no se escuchan las notas del Himno Nacional.

Abelardo Gamarra, “El Tunante”(1850-1924)

Es el dramaturgo que mejor testimonia en sus obras teatrales las condiciones y el estado de ánimo que siguió a la derrota. Sus obras, escritas después de la guerra del Pacífico permiten apreciar la situación política y social del Perú de posguerra; sobre todo en la capital.
Para José Carlos Mariátegui “ Es el escritor que con mayor pureza traduce y expresa las provincias. Por su sentimiento, por su entonación, su obra es la más genuinamente peruana, en medio de un siglo de imitaciones y balbuceos”
1886: Ya vienen los chilenos revela las traiciones en el periodo de la resistencia cacerista.
1887: Ña Codeo, muestra los intereses de una madre por casar a su hija con un hombre adinerado. De su tema se puede deducir interesantes conclusiones sobre la situación de la mujer y la condición económica de la clase media.
1891: El Yaraví, en homenaje a Melgar; estrenada como zarzuela con música de Carmelo Grajales.
1892: Ir por lana y salir trasquilado o Casas del tiempo, permite apreciar las condiciones de pobreza en que se vivía después de la ocupación chilena.

Juan de Arona (1839-1895)
Seudónimo de Pedro Paz Soldán y Unanue.

De línea costumbrista. Son obras suyas. El Intrigante Castigado (1867), Más menos y ni más ni menos (1870), Pasada pesada en posada (1883) y la alegoría Las sombras inmortales de la Patria (1890).
Ferviente cultivador de lo criollo y a la vez un humanista consumado. Su Diccionario de Peruanismos es de obligada consulta, a pesar del tiempo. Para Luis Aberto Sánchez “Gruñe más que suspira”. “Sonetos y Chispazos” es una publicación antológica de sus versos satíricos y gruñones.
Su teatro en un acto juega con las características del comportamiento criollo, al que frontalmente censura. Su teatro alegórico revela un hondo patriotismo.

Manuel Moncloa y Covarrubias (1859-1911)

Dramaturgo e historiador, de seudónimo Cloamón (1859-1911), publicó El Teatro en Lima (1909).
A Cloamón debemos las principales investigaciones sobre el teatro finisecular del XIX y albores del Siglo XX hasta 1910: De Telón Adentro (1891), Diccionario Teatral del Perú (1905) y Mujeres de Teatro (1910).
De sus obras teatrales mencionaremos: El Nudo (1882) que inauguró el teatro casero Pepín. ¿ Dos o uno? (1883). La Montonera, En bicicleta, Gotas mortales (1895) De Lima a Chorrillos y Sin cuartel (1903) La gran calle.
Lima por dentro, escrita en colaboración con su hijo, estrenada en el Teatro Olimpo en 1906, con música de Ventura Morales, obtuvo notable éxito de público.

Carlos Germán Amézaga (1862-1906)

Escribe Vamos a Lima, apropósito en un acto de la época de la guerra con Chile, 1879.
También crea piezas de costumbres como Casamiento y mortaja, juguete cómico en un acto y en verso y La comedia del honor.
Zarzuelas: El practicante Colirio, con música de José Ignacio Veintemilla. La Esquina de Mercaderes, música de su hermano Emilio.
En 1900, Antonio Vico le estrenó en el Principal, Juez del crimen, en prosa en un acto.
El 20 de abril de 1901 el mismo actor le estrena en La Habana Sofía Perowskaia,. en la que se aparta de la línea costumbrista. Alcanzó 14 representaciones. Se desarrolla en Rusia, donde Sofía se adscribe al espíritu revolucionario por amor y acepta morir por ello en actitud típicamente romántica.
En 1902, en el Olimpo, Burón le estrena El sacrificio de Antequera, que mereció encontradas críticas.

Juan Byron Markholz (1860-1895)

Murió muy joven debido a sus experiencias con el bacilo de la tuberculosis. Fue un ferviente admirador del teatro. Participaba de los teatros caseros como actor cómico y escenógrafo. Fundó el Club Talía, (1876-1880) sociedad filodramática que se presentaba en el teatro Amauta.
Según Manuel Moncloa, escribió: Vamos a Antofagasta, La de a mil, la zarzuela Soledad, con música de José Benigno Ugarte, y La mesa parlante.

Prolongación del Costumbrismo y afición por la zarzuela

Como podremos apreciar, el costumbrismo continuó teniendo cultores durante el siglo XX: Moncloa, Amézaga, Yerovi, Pastor… Algunas obras de Sebastián Salazar Bondy (1924-1965) podrían incluirse en esta lista. Como Dos Viejas van por la Calle, El Fabricante de Deudas, Ifigenia en el Mercado y La Escuela de los Chismes.

Los primeros empresarios de las llamadas Tandas, especie de zarzuelas continuadas, fueron Federico Araoz, Belisario Sánchez Dávila y Félix Armando Pérez, que se separó de la empresa. La temporada comenzó en la pascua de abril y duró hasta enero de 1890.
Era tal la afición por estos espectáculos que la popular zarzuela La Gran Vía, alcanzó 150 representaciones consecutivas. La concurrencia era tan alta que hubo que reemplazar las barandas de entrada por una reja de hierro.

La familia Villarán

*Acisclo, poeta cómico, es autor de Tregua y reivindicación, El triunfo del Perú (1860), Ocurrencias de policía (1870), Apoteosis de Garibaldi, El cura de Locumba, La caja fiscal.

*Aureliano, creó Mentiras y Candideces (1879).. Sus hijos también fueron dramaturgos. Murió en Cerro de Pasco-1883

*Manuela Villarán de Plasencia, escribe Agencia Matrimonial.

Ricardo Villarán Godoy, hijo de Aureliano, fundó la empresa cinematográfica Amauta Film que produjo La bailarina loca, La falsa huella y De carne somos.
Sus obras teatrales se representaron en el extranjero

Sara Bernhardt en Lima (1886)

Considerada una de las mejores actrices del mundo; fue llamada “divina” y Lima tuvo ocasión de apreciarla. Moncloa cuenta que para verla se pagó precios alzados: palcos de 30 soles de plata y butacas de 6.
Nacida en Francia el 22-10-1844. A los 14 años empezó sus estudios de declamación con Provost, del Conservatorio de París. Murió el 26-03-1923.
Hizo 10 funciones desde el 24-11-1886. Moncloa consigna que integraban su elenco: Juana Malvau, Fontanges, Mme. Renard, Susana Seylor, Marie Vallot, Marcela Bobin, Mme. Lacroix y Joliet, Felipe Garnier, Angelo, Fraisier, Thefer, Bertier, Piron, Decori, Faurnie y Carterau.
Abrió los diez días de temporada: “Fédora”, de Sardou. También ofreció “La dama de las Camelias”, de Dumas.

El Primer Indigenismo Teatral

Los indios en estas obras iniciales aparecen como figuras exóticas y no hablan desde su autenticidad sino como seres sometidos. Los autores recurren a las leyendas y no a la actualidad.

Hima Súmac, de Clorinda Matto de Turner (1854-1909): Obra en tres actos y en prosa. Sucede en el Cusco durante el levantamiento de Túpac Amaru II. Hima Súmac, nieta de Ollanta es seducida por Gonzalo Espinar, ambicioso joven español que quiere saber donde se encuentra el tesoro de los incas, lo cual le es revelado por la enamorada. Pero Kis Kis, mata a la pareja.
Se estrenó en Arequipa, el 16 de octubre de 1884.

Germán Leguía Martínez (Lambayeque 1860), es autor de La calumnia, drama social en verso que se estrenó en el Teatro Olimpo, de Lima, el 12 de setiembre de 1891. Reseñada en El Comercio dos días después (14).
En 1919 estrena Manchay Puito, en el Teatro Mazzi de Lima, con música del maestro Reynaldo La Rosa.
Manchay Puito es una obra en tres actos, en verso (1880). Trata de la leyenda del amor correspondido, del sacerdote de Yanaquihua, Gaspar de Angulo y Valdivieso por Anita Sielles, quien es pretendida y asesinada por Luis carranza. Gspar de Ángulo enloquecido de dolor desentierra el cadáver de su amada y lo lleva al templo. Allí, con una quena dentro de un cántaro toca el “Infierno aterrador” (Manchay Puito) y muere abrazado al cadáver.

Pero, las obras de Matto de Turner y de Leguía Martínez sólo valoran al indio desde sus leyendas y su pasado. Esto es indudablemente una limitación.
En el teatro para que una clase adquiera presencia deben aparecer personajes que la representen directamente planteando sus problemas, tal como lo fue logrando la burguesía en los tiempos modernos. Aquí esta posición del indio se dio en el teatro andino republicano del Cuzco, posterior a la guerra del Pacífico, y se extiende en el siglo XX en el movimiento Orkopata, de Puno y en el teatro de Carhuamayo-Junín. Pero, su mayor logro se ha dado en la década del setenta con el teatro campesino de Víctor Zavala Cataño, en el teatro de Áureo Sotelo y en las creaciones del grupo Barricada, de Huancayo.

Teatro Andino Republicano

Dentro de este rubro incluiremos las expresiones teatrales andinas estudiadas por César Itier, Domingo Huamán Peñaloza y Luis Millones.
En muchos de sus aspectos el teatro quechua del Cusco, el teatro de Inocencio Mamani, en Puno, y el teatro de Herminio Ricalde y Pío Campos, en Carhuamayo-Junín, abordan un contenido reivindicatorio y de afirmación de la identidad ancestral frente al Perú de hoy.

Teatro quechua en el Cuzco

Según César Itier: Hacia finales de la segunda década del siglo XX el teatro incaico se había convertido en un fenómeno literario y cultural de magnitud nacional como expresión del movimiento indigenista.(pg. 9 y 10)
El Perú fue el país americano que llevó más lejos la paradoja de hacer de una masa socialmente marginada y explotada la parte culturalmente más representativa de la nación. (pg. 11)

Se reconoce cuatro etapas en su evolución:
a) De la gestación desde 1870 hasta la creación de los primeros dramas modernos (1890-1900).
b) Aumento de las representaciones teatrales en la ciudad del Cuzco (1913-1916).
c) Giras de las compañías cuzqueñas hacia Puno y Bolivia, Arequipa, Lima y norte de Chile y Ecuador (1917-1921). Finalmente:
d) Vuelve a replegarse sobre la región cuzqueña y deja de ser percibido como un teatro de vanguardia. Las elites lo abandonan, pero se mantiene a nivel popular hasta 1960 en las provincias del Cuzco (1922-1960).

Impulsaron el movimiento, quechuístas modernos como Mariano Rodríguez, Nicanor Jara, José Félix Silva, Luis Ochoa Guevara y Nemesio Zúñiga Cazorla.

La primera obra representada después de la guerra del Pacífico (con música de Manuel Monet) es Yawarwacaq, de Abel A, Luna. Es muy parecida a Ollantay.
Ripaq (hijo menor de Yawarwaqaq) esta enamorado de su prima Quillawara, hija de su tío Rauraq (ardiente), hermano de su madre Mama Chikllu (madre selecta). Sus frecuentes visitas a la casa de su tío hace que el inca lo destierre a la puna de Chchitapampa. Dramatiza la guerra de los chancas complementada con una intriga amorosa. Sólo se conservan 340 versos

La primera pieza que ha llegado íntegra es El desgraciado inca Huáscar, de José Lucas Caparó Muñiz. Dramatiza la conquista española del Perú.
Luego de la división de Huayna Cápac, Huáscar se desatiende y se entrega a la vida cortesana. El Huillac Uma lo convence de prepararse para la guerra contra los quiteños; pero éstos lo vencen y lo apresan y Cuzco cae en manos de los enemigos pese a su heroica resistencia. Finalmente Huáscar es asesinado y sobre su cadáver se predice la desgracia del Tahuantinsuyo y su independencia y renacimiento futuros.

El autor, estuvo ligado al Proyecto Nacional del partido civilista: nacionalista, descentralista y democratizante, cuyas debilidades en el comercio del guano, critica en su obra. La obra tiene una trama en la que se mezclan amores e intrigas y es claro que apunta a las causas de la derrota del Perú en la guerra del Pacífico, una de las cuales era el divisionismo y otra, la elite limeña corrupta por la riqueza del guano. Huáscar representaba al civilismo ligado a los negocios del guano, Atahualpa a los demócratas y los españoles a los chilenos

Nicanor Jara y Barrionuevo explora el tema de las pasiones juveniles en Súmaqt´ika. La vivacidad, la ironía y la poesía de esta obra hace de ella uno de los mayores logros del teatro incaico y fue tan representada como Ollanta. Se terminó de escribir en 1899. Se basa en la leyenda de la hija de un cacique que ofrece su mano a cambio de la construcción de una acequia que riegue las tierras de su pueblo carente de agua.

Ya en pleno siglo XX se representa Manco II, de Luis Ochoa Guevara, Esta obra, representada en los años 20 y 30, libera al drama incaico de la línea histórica y sigue caminos más libres.
Dramatiza el refugio de Manco II en Vilcabamba con su esposa Ccorillphay (regazo de oro), su hija Ariruna (que mantiene encerrada en una caverna para que no la rapten los españoles) y unos cuantos guerreros. Vive angustiado.
Al sospechar que su hija estuvo enamorada de un español, le arranca los ojos. Pero el amante es un joven inca llamado Aillaco. Al querer rescatar a su amada forcejea con la madre de ella quien le quita un collar. Manco llega en su persecución. Reconoce por el collar a un hijo que abandonó en el Cuzco. Pero, los guerreros vienen a informarle que han dado muerte al fugitivo.

Las Compañías incaicas en Lima
En los primeros meses de 1917 se presentó en Lima la Compañía Incaica Cuzco, dirigida por Luis Ochoa y Leandro Alvariño como director de orquesta. Su presentación en Lima fue reseñada en El Comercio del 27 de febrero de 1917. Abraham Valdelomar los calificó de “revelación de un arte nacional” que traían “el espíritu artístico de una raza inmortal”.”Es la raza que resucita y se incorpora , el viejo Perú que se levanta, la Patria que se yergue desde el fondo de los siglos”.

A su retorno, la Compañía Incaica Cuzco fue rebautizada como “Compañía Nacional Dramática Incaica”.

El Tiempo, Lima, 3 de mayo de 1917 comentó: “En Lima, a pesar de los esfuerzos de su intelectualidad, aun no se ha conseguido formar un teatro propio, original, característico, profundo y representativo…
Nada hay en la producción teatral de nuestros literatos de antaño que tenga el valor artístico de las obras presentadas por las compañías cuzqueñas.

Otras Compañías:

La Compañía Lírica Ccorillacta, dirigida por el músico Calixto Pacheco realizó giras nacionales internacionales.

La Compañía Incaica El Sol, dirigida por Nemesio Zúñiga Cazorla, también se presentó en Lima. (La Prensa, Lima, 12 de junio de 1920)

Finalmente, las Compañías comenzaron a popularizarse y se alejaron de las elites

Misión Peruana de Arte Incaico
El gobierno argentino (1923) propició la presentación en ese país, en Bolivia y Uruguay, de la Misión Peruana de Arte Incaico. Actuaron en ella Luis Ochoa y Julio Rouvirós, entre 47 artistas. El director musical fue Roberto Ojeda y el pintor Juan Manuel Figueroa Aznar dirigidos por Luis Valcárcel.
Luis Ochoa Guevara hace responder al drama incaico a los nuevos problemas de marginación del indio, pero se percibe un declinar del mismo

Costumbrismo Andino
Julio Rouvirós escribe dos comedias costumbristas: Kurus Belacuy (La velada de la cruz) y Rimaycucuy (El pedido de mano) que se representan en el Teatro Municipal del Cuzco en Agosto de 1931 (El Sol, 04-08-1931). Chukcha Rutucuy (El corte de pelo) en 1933.

Ricardo Flores montó su Yananchacuy, con actores del pueblo de Quiquijana (1933).

Como vemos la actividad del teatro andino continuó hasta la tercera década del siglo XX. Luego de replegarse en el Cuzco se mantuvo hasta fines de los sesenta.

El teatro de Inocencio Mamani, en Puno y el de Pio Campos y Herminio Ricalde, en Carhuamayo pertenecen totalmente al siglo XX.

Memorable queja de 1891

A pesar de las lamentaciones de Juan de Arona, en 1891: ¡ Los teatros se mueren! ¡Los teatros han muerto!, referida al mal estado de las salas teatrales y la falta de animación de la vida teatral limeña, lo cierto es que, diez años después, durante las tres primeras décadas del nuevo siglo, en Lima se pudo apreciar una significativa actividad teatral.

Siglo XIX: Conclusiones Preliminares

1. Se prolonga la influencia del teatro español durante todo lo que resta del siglo. Pero hay una inquietud por expresar la identidad nacional, aun no definida.


2. Tres actividades expresaron el sentimiento patriótico y de identidad: el costumbrismo, el folclor y el teatro andino republicano.

3. La mayoría de escritores no hacen del teatro su actividad literaria principal.
4. Cuatro dramaturgos destacan : Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Ascencio Segura, Abelardo Gamarra y abriendo el muevo siglo, Leonidas Yerovi.

5. No obstante la dignificación de la profesión teatral mediante el célebre decreto de San Martín, continuó la condición precaria de los actores.

6. La afición por el teatro se mantuvo, en la medida en que era una de las actividades recreativas principales que se ofrecían.

7. Ejemplo de la afición mayoritaria por el teatro fue el fenómeno de los teatros habilitados y de los teatros caseros. Igualmente la afición por la zarzuela se reflejó en las Tandas.

8. Prima y se impone el costumbrismo y la sátira.

9. Se abrieron nuevos locales, siendo el principal y más espacioso el Politeama.

10. El Romanticismo Teatral no tuvo ninguna significación especial.


11. Durante el auge guanero el presidente Ramón Castilla apoyó a los dramaturgos.

12. Hay un indigenismo inicial de débil repercusión.

13. Una de las más importantes líneas de expresión fue la del Teatro Andino del Cuzco, posterior a la Guerra con Chileque alcanzó proyección internacional.

14. Las obras de este período luctuoso permiten apreciar como fue vista la guerra antes, durante y después de declarada.

15. Culmina el siglo XIX sin haberse logrado consolidar la búsqueda de la identidad.